9 ENERO
“Es necesario que el crezca, pero que yo mengüe.” (Juan 3:30)
¿Qué es el crecimiento espiritual? ¿Qué es la madurez espiritual? ¿Qué significa esto en el Señor? Me temo que tengamos ideas muy variadas sobre esto. Muchos piensan que la madurez espiritual es un conocimiento más completo de doctrinas cristianas, una comprensión más amplia de la verdad bíblica, una extensión más amplia del conocimiento de las cosas de Dios, y muchas de sus características se registran como señales de crecimiento, desarrollo y madurez espiritual. Amados,
esto no es nada parecido.
El sello distintivo de un verdadero desarrollo y madurez espiritual es este: que el Señor Jesús crezca cada vez más, y que nosotros crezcamos cada vez menos. El alma madura es aquella que es pequeña ante sus propios ojos, pero ante los ojos del Señor es grande. ¡Este es el crecimiento! Podemos conocer mucho, tener una comprensión maravillosa de la doctrina, de la enseñanza, de la verdad, incluso de las Escrituras, y sin embargo ser espiritualmente muy pequeños, muy inmaduros, y muy infantiles. (Hay una gran diferencia entre ser infantil e ingenuo, cándido). El crecimiento espiritual verdadero es precisamente este: que Él se incremente y que yo decrezca. ¡Qué el Señor Jesús sea cada vez más! ¡Que usted experimente el crecimiento espiritual de esta manera!
Por T. Austin-Sparks. Título original:
Christ - All, and in All