Extractos des mensajes de T. Austin-Sparks
"Lo mejor que yo puedo esperar es que esto abra una ventana,
y que según usted mire a través de ella vea una sola cosa:¡Cuán superior es Jesucristo de todo lo demás!"
- T. Austin-Sparks
8 JUNIO
“Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.” (1 Tesalonicenses 5:24)
Yo creo que necesitamos un nuevo entendimiento del peregrinaje del Señor Jesús. Nosotros pensamos que debido a que Él era el Hijo de Dios, y debido a lo que era, Su caminó fue menos difícil que el de nosotros. Que Él tenía ciertos poderes que nosotros no. Que Él tenía una naturaleza que nosotros no. Nosotros no podemos entender el misterio de Aquel que fue sometido a pruebas, dificultades y adversidades, que fue probado hasta el punto de quiebre, donde se llamó la intervención de los cielos para poder salir. Él fue llevado ahí, Él fue llevado a ese punto más de una vez, incluso adónde Él no debió haber ido, ni los cielos debieron haber intervenido, ni los ángeles ministrado. Usted dice: “Yo nunca he tenido esa experiencia”. ¡Ah, pero usted sí la ha tenido! Puede que usted nunca haya visto llegar ángeles a ministrarlo, pero no hay un creyente que haya ido por este camino y caminado cualquier distancia, sin que sepa en su corazón: “Si no es por Dios y los cielos, yo no estaría aquí hoy”. Ese es mi propio testimonio, he requerido la intervención del cielo más de una vez para salvarme de sucumbir.
Pero lo que es cierto de nosotros fue mucho más cierto de Él. Nosotros no entendemos este misterio, pero Él tuvo un peregrinaje espiritual con pruebas mucho más profundas que las que usted y yo necesitamos, tenemos o tendremos. Sí, “en todos los puntos al igual que nosotros”, es cierto, pero para Él, con mayor agudeza que para nosotros. Mediante esto Él fue perfeccionado, “hecho perfecto”. “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado (habiendo sido completado), vino a ser autor de eterna salvación...” (Hebreos 5:8-9); “eterna redención” (Hebreos 9:12). Él ha alcanzado el final del camino de la perfección para nosotros, y es la garantía de que Dios puede obrarla en nosotros. ¡Ese es el punto! Él está ahí como el “título de propiedad” por medio de la fe, la garantía y certeza de que Dios, habiéndolo llevado ahí, puede llevar a cualquiera. Puede llevarlo a usted y a mí, ahí al final. Él puede perfeccionar Su obra en nosotros.
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