14 JUNIO
“De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.” (2 Corintios 5:16)
La palabra “carne” como es usada aquí es comprehensiva y general. No conocerlo a Él según la carne y no conocernos unos a otros según la carne significa, en realidad, lo que debemos pensar si tuviéramos que decir que no nos conocemos entre sí naturalmente, en el ámbito natural. Sea lo que sea, es todo lo que abarca. Nos conocemos unos a otros como conocemos a Cristo espiritualmente. El contexto aquí establece, que nuestra relación con Cristo en la nueva creación es puramente espiritual, y que por lo tanto, nuestras relaciones unos con otros al ser en Cristo, son relaciones espirituales. La totalidad de la nueva creación es espiritual porque es Cristo.
Esto nos conduce al siguiente punto, el cual va directo al meollo de las cosas: En dicho ámbito lo que domina es la medida de Cristo. Todo aquí es determinado y gobernado por la medida de Cristo. Cristo llena la totalidad de ese ámbito. Cristo domina la totalidad de ese ámbito de manera espiritual. En el ámbito de la nueva creación todo lo que no es Cristo está excluido; en él todas las cosas son a partir de Dios. Podríamos decir que el mundo de Dios es Cristo, que toda la esfera de Dios para nosotros es Cristo. Para nosotros como creyentes, no hay nada más en relación a Dios, sino Cristo. Nada es aceptado por Él, sino Cristo. Nada es bendecido por Él, sino Cristo. La llenura de Dios de todo el ámbito, en lo que a nosotros concierne, es Cristo y sólo Cristo.
Por T. Austin-Sparks. Título original:
The Essential Newness of the New Creation – Capítulo 3