Ventanas Abiertas

4 JULIO

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“Para mí el vivir es Cristo.” (Filipenses 1:21)

Me pregunto a menudo si el hecho de que nuestro enorme conocimiento acerca de Cristo, si nuestra gran inquietud de comprensión doctrinal, haya fallado en llevarnos al gozo triunfal, y no le hayamos dado lugar a ese espíritu contagioso de triunfo que estaba siempre en Pablo; si es así, implica que estamos ocupados e inmersos en algo que no es Cristo en persona. Estamos llegando a conocer a Cristo exclusivamente por el conocimiento que nos dan los libros, por un conocimiento a través de conferencias, por un conocimiento de destrezas, por un conocimiento histórico, que realmente, aparte de nuestras conferencias, nuestros libros, nuestros estudios, nuestras destrezas, y todas esas cosas, en el lugar secreto, en el caminar secreto, detrás de todo, no estamos viviendo en Cristo mismo, estamos fuera de Cristo, y no conocemos a Cristo. Gran parte de nuestra vida cristiana es una cuestión de enseñanza, de las cosas acerca de él.

Reconocemos la sencillez de la palabra, pero necesitamos estar bastante seguros de que entendemos lo que quiere decir, porque hemos sabido muchísimo acerca de Cristo en la doctrina, pero hemos descubierto algo del Señor mismo, hemos descubierto la enorme diferencia. No hay nada más edificante que entrar en una experiencia personal con el Señor, con el conocimiento del Señor, de un modo vivo, para que Cristo sea ministrado a nuestro corazón por el Espíritu Santo. Entonces descubrimos que hay algo que es más que todo nuestro sufrimiento, y que hace que el sufrimiento valga la pena, y que le roba al sufrimiento su picadura mortal. Esto es Cristo.

Pablo vivía en Cristo: "Para mí el vivir es Cristo." Ahora, ¿que podría haber sido relevante después de esto para Pablo? ¡Para mí la vida es poder ir a las reuniones! ¡Para mí el vivir es ser capaz de tener comunión con otros creyentes! ¡Si estoy separado de ellos no puedo vivir! ¡Si no puedo ir a las reuniones no puedo vivir! Podemos colocarnos en cualquier cosa: ¡para mí el vivir es tener ánimo en el trabajo, para ver los resultados de mi trabajo! Podemos cubrir una gran cantidad de terreno, y vamos a cubrir el terreno de las demandas, con el fin de ser triunfantes.

Pablo vio su trabajo siendo lesionado, dañado, aparentemente destruido, y vio a sus viejos amigos provocando distanciamiento y dando lugar a la duda y a la sospecha sobre él. Oh, él vio lo suficiente como para tomar el corazón de aquel hombre al final de la vida, y no decir: "para mí el vivir es ver mi vida de trabajo de pie como un monumento intacto, para que todos mis viejos amigos fieles y que están alrededor de mí, sepan que mi mensaje ha tenido aceptación universal y aprecio ¡¡No, no, no!! ¡Para mí la vida, (cuando todas estas cosas, y muchas más, se hayan ido) es Cristo!

Por T. Austin-Sparks. Título original: The Excellency of the Knowledge of Christ – Capítulo 2