Ventanas Abiertas

1 AGOSTO

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“No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor personalmente irá delante de ti. Él estará con vosotros, Él no te dejará ni te abandonará.” (Deuteronomio 31:8 NVI)

Si estamos tratando de avanzar con Dios en un grado más allá de lo comúnmente aceptado como una verdadera vida cristiana; si se nos llama a ser pioneros del camino para que algunos avancen en la vida espiritual o en el servicio Divino; y si se nos da una visión de la voluntad de Dios, y el propósito no es visto por la masa general del pueblo de Dios - o incluso por el mayor número de los siervos de Dios - el nuestro será un camino solitario. Pero hay muchas otras maneras en que podemos sentir la soledad. Puede ser por razones geográficas, o puede ser debido a una experiencia interna que estemos pasando, una experiencia o etapa que no puede ser compartida con otro, incluso con el más cercano a nosotros. Todas estas y otras razones, respectivamente, pueden convertirse en nuestro "desierto" al cual viene Satanás, y, si bien esta es una ocasión, su negocio es llevar las cosas al reino de la falsedad y nos dice lo que somos en realidad y que estamos por completo solos. No es algo raro para él decirle a un hijo de Dios, que Dios lo ha dejado a él, o la ha dejado a ella.

Elías verdaderamente creía que él era el único que había quedado en ser fiel a Dios, y repitió varias veces su queja, "yo soy el único que quedo." Había perdido de vista la posibilidad de que los profetas reportados por Abdías, que habían sido escondidos, aún podrían ser fieles clandestinamente, o algunos de ellos por lo menos. Pero el Señor sabía y le dijo que, siete mil santos no habían doblado rodillas, ni habían capitulado ante Jezabel o Baal. El hecho es que lo que creía Elías no era positivamente cierto. Si nos fijamos en las cosas en sentido horizontal, sólo se ve lo de ahora, pero si miramos desde el cielo vamos a ver mucho más.

Por T. Austin-Sparks. Título original: Alone? – Not Alone!