Ventanas Abiertas

5 AGOSTO

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“Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis...” (Efesios 1:17-18)

Y luego se da una lista de cosas que debemos saber. Y nos encontramos con que la lista se mueve hacia fuera, a las dimensiones del amor que excede a todo conocimiento, para que seamos llenos de toda la plenitud de Dios. La iluminación espiritual nos lleva a estar llenos de toda la plenitud.

La iluminación espiritual, por lo tanto, es algo básico para los fines de Dios. Nunca podremos llegar a la plenitud de Cristo por la mera indagación e investigación de nuestro propio cerebro, en las cosas espirituales. Necesariamente tiene que ser el Espíritu Santo el que da la revelación acerca de Cristo. El testimonio de Jesús tiene como ley fundamental: la iluminación y la revelación espiritual a través de la Palabra. El testimonio de Jesús no puede ser nunca algo estático, algo que se acepte y diga: "Este es el testimonio de Jesús" y luego se pone en una fórmula. El testimonio de Jesús es algo que ha sido revelado. El testimonio de Jesús es: "Veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios", Esteban murió por ese testimonio. "Al mediodía, oh rey, vi en el camino una luz del cielo, que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo. Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz..." El significado interno de esto no es algo aparte de la Palabra, sino algo que viene por el Espíritu Santo a través de la Palabra. Eso es más que la letra, es la Vida. Es algo que nos hace decir: "He leído esto en las Escrituras durante mucho tiempo, pero realmente nunca había visto esto antes."

Por T. Austin-Sparks. Título original: Filled Unto All the Fullness of God – Capítulo 2