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Incorporados Dentro de Cristo

por T. Austin-Sparks

Extractos de "A Witness and A Testimony" May 1926, Vol. 4-5. Título original: Incorporated into Christ - Chapter 3. (Traducida por Fred Malir)

Ahora lo que es cierto es que Cristo ha de tener Su Ayuda Idonea en todos los que han de llegar a ser propiedad de Dios, y ser usados para la realizacion en alguna manera de Su Eterno Proposito.

Deben ser—

  • Nacidos procediendo de Dios.
  • Enviados procediendo de Dios.
  • Tener una revelacion espiritual y una vision que procede de Dios.
  • Hablar las palabras que proceden de Dios.
  • Solamente hacer las obras que proceden de Dios.
  • Solamente buscar primero el Reino procediente de Dios.
  • Asegurarse que en el caso de ellos “todas las cosas proceden de Dios”.
  • Esta era la Base Apostolica. El Espiritu Santo habia venido para hacer que esto fuese simultaneamente posible y actual. Esa es la razon de la efectividad de sus testimonios y obras. Sabian el significado de ser “bautizados por un Espiritu dentro de un Cuerpo,” de cuyo Cuerpo, Cristo es la Cabeza. De esa manera la Soberana Cabeza efectua la obra a traves de los miembros de este modo incorporados. Los tales no tuvieron actividad independiente, ni planes preparados por su propio ego, ni tramas, ni intrigas, que son producto de sus propios pensamientos, razonamientos, inventiva, o entussiasmo, aunque fuese “para Cristo,” o para “el Reino,” o en Su Nombre.” Todo tiene que venir por revelacion del Espiritu Santo procedente de la Cabeza…

    Como el Padre es la Cabeza del Hijo, asi tambien el Hijo es la Cabeza del Cuerpo, y como el Hijo ha morado en el Padre, asi tambien El declara que debemos morar en El. No debemos de actuar espoleados por nuestra interna vida natural, ni tampoco por influencias externas, hasta que primeramente hayamos verificado que realmente procede del Espiritu Santo. Esto se refiere especialmente a asuntos religiosos, porque es en esa area que nos es posible hacer los mas grandes errores. La reaccion de nuestras emociones naturales, o razonamientos personales, o nuestra voluntad propia cuando somos impactados por alguna sugestion, pueden llevarnos a mucha maldad. El peligro que tienen muchas obras evangelisticas, ensenanzas espirituales, y propaganda misionera, esta en la tendencia de estimular las emociones y en ofrecer premios espirituales, en vez de la imperiosa nota de Cristo y los apostoles.

    Muchas decisiones han sido efectuadas bajo esas condiciones, lo cual no ha resultado capaz de aguantar cuando todo es puesto a prueba y la comprobacion final revela que todo ello realmente no es una obra del Espiritu Santo.

    Tal vez, nunca ha habido un tiempo durante el cual hoy existe tanto que se designa “Servicio Cristiano,” cuando hay mucha organización, maquinaria, propaganda, gasto de tiempo, energia y maneras de actividad “Cristiana” y cuando hay tanta gente interesada, pero es dudoso, hablando comparativamente—que haya resultado en verdadera efectividad espiritual. La clave esta en francamente preguntarnos: ¿Cuanto todo esto procede directamente de una revelacion o iniciativa de Dios por medio del Espiritu Eterno? ¿De cuánto todo esto puede verdaderamente decirse que “El Espiritu Santo dijo…”  “Parecio bien al Espiritu Santo”;  “Vino por revelacion del Espiritu Santo”?

    O, por otra parte, ¿cuanto de todo esto es meramente humano, producto de discusiones, inventivas, impulsos, entusiasmo, imaginacion, filantropia, interes en una causa buena, etcetera? La medida que tiene el instrumento humano en su corporativa union identificada con Cristo es la merdida de una verdadera obra de Dios lograda a traves de uno que esta rendido a Dios. Tal vez mucho exista que parece exitoso y que impresiona como verrdaderos logros, pero cuando “el fuego” haya hecho su obra, se descubra que la diferencia entre lo verdadero y lo aparente es minima. Al fin y al cabo, “la carne NADA aprovecha,” aunque aparentemente parece tener grandes resultados. No es lo que se hace PARA Dios, sino lo que es hecho POR Dios lo que perdura. Queda para nosotros que nos aseguremos que estamos totalmente en Cristo, y viviendo en el Espiritu Santo; y todo el resto resultara espontaneo. No es posible lograr un verdadero permanecer en Cristo, hasta que primero realmente lleguemos a estar incorporados en El.


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