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Sino que os Habéis Acercado al Monte de Sion

por T. Austin-Sparks

Capítulo 4 - LA CONTROVERSIA DE SIÓN

Amado Señor, no por una formalidad, ni por mera costumbre, sino por medio de una profunda y fuerte conciencia de necesidad, oramos. Debemos orar. Estamos en esta mañana permitiendo por nosotros mismos ser puestos bajo una nueva responsabilidad. Si Tú hablaras, como te hemos pedido que lo hagas, entonces tus palabras nos juzgarán en ese día. Percibimos, e incluso nos permitirnos a nosotros mismos oír, que no es poca cosa, pues, Señor, también es una cuestión de capacidad.

No podemos entender a menos que el Espíritu de sabiduría y de inteligencia nos dé la capacidad. Nosotros no podemos comprender, a menos que el Espíritu de sabiduría y de entendimiento nos dé la capacidad. Cosas van a ser dichas que pueden ser la verdad, y no lo vamos a entender a menos que sea hecho algo por ti en nosotros. Y ciertamente no podemos seguir adelante en obediencia a menos que tú, Señor, hagas esto. Como Tú le dijiste a un discípulo muy amado: "A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después” (Juan 13:36). Este "no puedes" está por encima de nosotros y sobre nosotros. No podemos seguir adelante a menos que, Señor, Tú hagas algo en nosotros.

Ahora, todo esto que traemos, y lo que es digno de escuchar y obedecer, también es digno de hablarse. Nosotros no somos autoridades. Nosotros no somos maestros. No podemos hablar a menos que tú, Señor, nos guíes en la expresión oral. La unción debe hacerlo. Nosotros nos sometemos, para que esta vez sea un tiempo ungido, un tiempo del Espíritu Santo, en todos los sentidos y en todas las formas. Será el Señor esta mañana. Concede que tu gloria venga y todo fruto sea para tu gloria. Te lo pedimos en el Nombre del Señor Jesús. Amén.

Regresamos para continuar con ese primer fragmento de Hebreos 12:22: "Sino que os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial". "Os habéis acercado al monte de Sión". Ahora, para esta mañana, quiero vincular este fragmento con uno u otros dos pasajes de las Escrituras. En primer lugar, veamos de nuevo en las profecías de Isaías 30:8: "Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre". Y entonces irás al Salmo 2, y quiero que leas este salmo; tal vez vamos a empezar en el versículo 6. "6Pero yo he puesto mi rey sobre Sión, mi santo monte. 7Yo publicaré el decreto; el Señor me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy".

Ahora mantén este salmo en la mente, por favor, a medida que continuamos. Todo el resto de ese salmo, desde ese verso y los anteriores dale una mirada, pero quiero que ahora regreses a la Carta a los Romanos, y a tu gran favorito, el capítulo 8, versículo 19: "19Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.

20Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad de la gloria de los hijos de Dios".

Ahora dejo esto y voy al versículo 29: "29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó".

Ahora bien, entre esas dos porciones que acabamos de leer, tenemos esto, los versículos 22 y 23: "22Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora. 23y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo".

Estamos ocupados con eso a lo hemos llegado, "os habéis acercado", y hemos estado pensando en Sión, en el Sión al que hemos llegado. Hemos mencionado siete cosas sobre Sión, siete cosas a las que hemos llegado, que constituyen esta posición, y llego a la octava esta mañana, que es un momento muy serio y solemne. Yo siento que si el Señor, en el curso de esta mañana, revela Su palabra ampliamente (en lo que se refiere a este ministerio), la conferencia se puede apegar a eso.

Es el aspecto más práctico en esta posición y consideración general, –a lo que hemos llegado viniendo a Sión. Aquí, como lo puedes notar, en este pasaje de Hebreos, Sión y Jerusalén parecen ser sinónimos. "Os habéis acercado a Sión... Jerusalén la celestial”. En toda esta sección, tú no estás lidiando con cosas diferentes en estas distintas dimensiones del asunto.

Esto es todo un mismo asunto. Todo eso es una misma cosa.

Aquí Sión y Jerusalén aparecen unidos, se habla de ello como de un solo ente; y esto nos da nuestro punto de partida para esta presente consideración.

Sión-Jerusalén: el Centro de Conmoción de las Naciones

Sión, como el corazón de Jerusalén, como la esencia misma de todo lo que Jerusalén estaba destinada a ser, como el verdadero significado espiritual de Jerusalén, el punto de concentración de todo lo que Jerusalén representa; Sión – Jerusalén, en la historia y en las naciones, siempre ha sido el centro de la tormenta, el centro del conflicto de la historia, el centro de la conmoción de las naciones. Por supuesto, se necesitaría mucho tiempo para que pudiéramos ver, al menos en el aspecto general, la historia de Jerusalén. Tú puedes hacerlo en cualquier momento, pero ¡cómo muchos sitios, cómo muchos cercos, cómo muchas veces fue Jerusalén el objeto y el centro de la atención y la preocupación mundial! Una y otra vez, y otra vez, las miradas se han dirigido hacia Jerusalén, para la destrucción de Jerusalén, para barrer a Jerusalén del mapa, para conquistar y tomar en posesión a Jerusalén. Una larga y turbulenta historia es la historia de Jerusalén, incluso en nuestro propio tiempo. Se trata de un centro mundial de conflictos y controversias. Este hecho todo el mundo lo reconoce.

Sión, eso que el profeta llama, "la controversia de Sión".

Sión, Jerusalén ha sido un objeto de controversia en la historia y en las naciones a lo largo de todo el acontecer histórico. Esto es extraordinario. Tú te preguntarías: "¿Por qué? No es una ciudad tan maravillosa, ¿verdad? No es tan grande.

¿Cuánto tiempo te llevaría para atravesarla a pie, o incluso para caminar alrededor de ella? ¿Qué era, y qué es? Tal vez sea un mejor modelo de las ciudades del mundo de hoy, por lo que se refiere a la estructura y la modernización. Pero, ¿qué era y, aún ahora, qué es?" ¿Cómo se puede comparar con Londres, Nueva York, París, y cualquiera de estas otras ciudades que usted podría mencionar? Realmente pueden ser centros de atracción.

Hubo una batalla tremenda en nuestra propia generación para apoderarse de Londres. ¡Oh, si tú hubieras estado en la batalla de Londres, lo habrías sabido. Catorce meses, día y noche, sin interrupción, una ciudad bombardeada, quemada, atacada, asaltada. Si tú hubieras estado en esa escena, y visto lo que estaba ocurriendo, en grandes áreas subiendo el polvo y el humo, habrías dicho: "Bueno, Londres es un objeto. Cuenta para algo". Por supuesto, la mayoría de ustedes no saben nada de esto de esa manera. Espero que nunca lo sepan.

Pero, Jerusalén, ¿qué es Jerusalén? ¿Qué es eso? No una o dos veces en la vida, sino que justamente a lo largo de la larga historia de siglos ha habido una controversia en torno a Sión; y si tú miras más de cerca y analizas con más cuidado, llegas a ver esto –que Sión, o Jerusalén, siempre ha sido una señal.

Sión ha sido una señal. Ha habido un significado unido a esto, y el significado no ha sido su aspecto temporal de edificios y estructuras y de economías y así sucesivamente. Sí, Babilonia podría ir mucho más allá de todo eso. Pero el significado de Sión encierra algo espiritual; para eso puedes notar lo siguiente: siempre que la vida espiritual de Jerusalén –como representante del pueblo–, de la nación, siempre que la vida espiritual era recta; siempre que estaba en una posición correcta delante de Dios, Jerusalén estaba en ascenso. Ataquen, si lo desean, dejen que las hordas de Babilonia o Asiria, vengan contra Jerusalén, y la sitien. ¡Hay un Ezequías adentro! ¡Hay un pueblo en el interior que está bien con el Señor! ¡Esperando en el Señor! ¡Llorando al Señor! ¡Haciendo del Señor su confianza!

Y eso es ruina para Asiria, para Babilonia. En una noche sus huestes son barridas por el Ángel del Señor. Cuando las cosas están espiritualmente bien, no importa qué tan fuerte, contundente y grande sea el asalto, el antagonismo –están firmes, Sión vence.

Pero de tiempo en tiempo, no fue eso lo que ocurrió en el interior. El estado espiritual era bajo. Hubo declinación. Hubo equivocaciones. La posición delante de Dios no era la justa, y entonces Jerusalén estaba siempre en debilidad, siempre con miedo, siempre con temor. Debilitada desde el interior, espiritualmente no podía soportar, y finalmente, después de más de un asalto exitoso, simplemente por causa de esta pobre y baja condición espiritual, Jerusalén es destruida. Finalmente es destruida, es decir, despojada de su lugar en la economía y propósito divinos. Sión es un signo de una condición espiritual.

Siempre ha sido tal señal, un barómetro de la vida espiritual.

Es absolutamente inútil, queridos amigos, hacer referencia de la tradición y decir: "Bueno, Dios hizo esto en el principio, y este es el lugar donde se encuentran los oráculos de Dios y el templo de Dios y la gran tradición de Israel como el pueblo elegido. Está aquí, y nosotros descansamos sobre eso". No, la tradición no lo apoyarán ahora. La historia no lo apoyará ahora.

Las instituciones no lo apoyará ahora. Parece como si Dios no tuviera consideración por el templo o el arca o el altar o el sacerdocio. Él lo pregona a través de los profetas: "Fuera, fuera con ustedes. No quiero ninguno de sus sacrificios". (cfr. Isaías 58). ¡Qué capítulo! "Clama a voz en cuello, no te detengas, alza tu voz como trompeta". Entonces, ¿qué sigue? "Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos". “No voy a aceptar nada de eso, dice el Señor. Estos no son los sacrificios que yo quiero.

Este ritual no es lo que busco. Yo no busco tal sistema tradicional; no es lo que deseo. Los que busco es un estado espiritual".

Y sólo en eso puede el Señor asociarse a Sí mismo, aliarse Él mismo, a Sión.

Estoy diciendo que Sión ha sido siempre una señal de la condición espiritual, y esto se ha hecho evidente en situaciones de ascenso –ascenso, el apoyo de Dios–, haciéndolos superiores a todas las fuerzas adversas, o una vergüenza entre las naciones, un reproche entre las naciones. Con el elemento profético apuntando hacia otra cosa, como siempre es así en los profetas, tú tienes a Jerusalén lamentando, llorando el gran grito de corazón: "¡Ay de mí! ¡Ay de mí! Todos los que pasáis por allí, todos, tened piedad. ¡Tened piedad todos los que pasáis". Qué situación trágica para Sión. ¡Una vergüenza entre las naciones! Y estas dos cosas, ascenso o vergüenza, gloria o deshonra –justo en el centro de la historia y las naciones–, están ligadas a una condición espiritual, dependen de una condición espiritual.

Como ustedes saben, hay mucho para ser incluido en esta declaración, queridos amigos. Pero si se mira de nuevo en esta carta a los Hebreos, se verá que hemos llegado a Sión. Nosotros no hemos llegado a algo común, a un aparato religioso, a una tradición, no hemos llegado al cristianismo histórico –si se me permite decirlo así–, hemos llegado a una situación espiritual, en la cual deberíamos estar asombrados.

¡Oh, decimos: "Estamos en el día de gracia. Esta es la dispensación de la gracia". ¡Es verdad! ¿Está la Carta a los Hebreos sobre cualquier otro motivo que el campo de la Gracia? Seguramente que no, ¿pero sabes tú que en esta carta están escritas las cosas más terribles de la Biblia? "¿Cómo escaparemos nosotros [nosotros, nos escapamos, nosotros los cristianos, nosotros los creyentes de esta dispensación] ¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?... nuestro Dios es fuego consumidor... ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!" (Hebreos 2:3; 12:29; 10:31). Esto es lo que se le dice a las personas, a estos cristianos, y otras cosas como esas se les dicen. Pero estoy señalando esto, que esta carta es escrita en el día de gracia, y es un día que trae a la vista no un nuevo sistema cristiano, no la formación de una nueva tradición cristiana, sino una condición espiritual, sin la cual todo otro asunto es como nada. Habéis venido a Sión, sí, pero tú has venido a la controversia de Sión. Ustedes han llegado, nosotros hemos llegado a la gran batalla de Sión, y es una batalla espiritual. Dondequiera está latente. ¡Qué batalla! Ese es el trasfondo de todo esto.

Bueno, ahora, yo no quiero que ustedes queden sombríos.

Veo que sus caras están cada vez un poco más pesadas, sus barbillas se están bajando, y ustedes pueden estar pensando que estoy regresando al Sinaí desde Sión; pero no, no, como he dicho, este es un momento muy solemne. Ustedes van a recibir suficiente enseñanza esta semana. Esto no se va a aprovechar ni siquiera un poquito si no hay una posición espiritual correspondiente. Así que una vez dicho esto y dejando esto como telón de fondo de todo, esto es la batalla –la controversia de Sión. Y, ¿cuál es la naturaleza de esta controversia? Echemos un vistazo a una o dos cosas sobre esto, y estoy trabajando en algo muy, muy vital, que confío en que se alcance antes de que terminemos.

¿Cuál es la naturaleza de la controversia?

¿Cuál es la naturaleza de la batalla? ¿Cuál era la naturaleza de la batalla con Israel, centrada y representada por Sión – Jerusalén? Fue la batalla con relación a un llamado y una vocación. Ellos fueron llamados por Dios, ellos fueron elegidos por Dios, eran una raza elegida [mira por qué llegamos a Romanos 8], una raza elegida, un pueblo escogido, en la historia de la tierra fueron los elegidos de Dios. Elegidos y llamados y separados, ¿para qué? ¿Sólo para ser salvos? ¿Sólo para ser diferentes? ¿Sólo para eso? ¡No! ¡No! Para una vocación, un llamado, un testimonio en el mundo, un testimonio entre las naciones. Ellos fueron llamados para una poderosa vocación celestial en la tierra, para revelar a Dios. !Cómo es Dios! ¡La realidad de Dios! ¡La gloria de Dios! ¡La santidad de Dios! ¡El poder de Dios! Un vaso de testimonio entre las naciones, para las naciones, para el mundo. Sión, como hemos venido diciendo, es lo que representa el pensamiento completo de Dios para la humanidad. La plenitud del pensamiento de Dios está revestida y centrada en Sión, "la ciudad del Dios vivo".

He ahí la motivación de la batalla.

En la historia, Sión era la ciudad de David, el rey ungido de Dios. ¿Y tú observas la historia de David? Hacia arriba desde el nacimiento. ¿Iba ascendiendo? Da la impresión de que hubiese ido bajando y siendo eliminado, pero no, de manera constante, de manera constante corría hacia arriba. Todas las fuerzas de Saúl y su malicia, su demonio impulsado por el alma, se concentran en contra de este hombre joven, y lo que ese hombre joven sufrió. Tú conoces la historia. Él parece ser un hombre marcado, [como se dice, no sé si tú tienes la expresión en este país], “un ave manchada". Desde el principio da la apariencia de ser sólo un hombre marcado. El diablo había puesto una marca sobre este hombre y le estaba mirando, y lo perseguía. El pobre David grita: "Soy semejante al pelícano del desierto... como el pájaro solitario en el tejado” (Salmo 102:6,7).

¡Oh!, sí, él es el objeto de una cruel y furiosa, implacable malicia, que significaba su perdición. Pero él tiene su camino, de manera constante, y no porque él hubiese sido tan fuerte, porque hubo momentos en que David se quebrantó: "Ahora voy a morir". Ahora voy a ser asesinado. Él recurrió a algunos subterfugios, pues como nosotros, él era un hombre de pasiones, muy humano; sin embargo, a pesar de todo, ya sea en la tierra de los filisteos por compromiso (un error del que Dios soberanamente lo libró) o donde sea –en la cueva de Adulam, en el desierto, impulsado de aquí para allá por su propia vida–, donde quiera que sea, su camino espiritual está ascendiendo, creciendo espiritualmente. No lo parece por fuera, pero va ascendiendo hasta ser finalmente ungido, David llega al lugar de la unción, el trono, y Sión es el lugar de la consumación de la historia de la elección divina, escogencia divina, predestinación divina [me atrevo a usar esa palabra en estos días]. Él está allí, en el trono. Él está en el lugar de todo el pensamiento de Dios, y que se centra en él. Sión es el lugar de la soberanía absoluta y señorío del ungido de Dios. Eso es Sión, y hemos llegado a Sión. Hemos venido diciendo esto: no hay otro mayor que el David que está aquí, y no hay otro Sión más grande que el que está aquí. Pero es en ese punto, queridos amigos, donde justamente se enfoca ese único inclusivo y consumado punto de la absoluta soberanía del señorío de Jesucristo, que se centran todos los vehementes conflictos.

La Naturaleza de la Controversia: El Absoluto Señorío de Jesucristo

Al regresar a tu Nuevo Testamento, tú conoces su mensaje, puedes ver que mientras salían por el mundo de ese entonces, y en todas partes su mensaje fue: "Jesucristo es el Señor.

Nosotros predicamos a Cristo Jesús como Señor". Esto los colocó directamente contra el César, y todos los Césares, porque el César había dicho: "Yo soy el Señor". El imperio romano había dicho: "César es el Señor", y los romanos adoraban al César, y el argumento, la contienda, la acusación, era: "Estos hombres están predicando a otro rey distinto del César".

Ah, sí, era ahí donde estaba la controversia, en una sola cosa: el señorío absoluto de Jesucristo. La controversia de Sión está en este punto en última instancia: el Ungido de Dios.

Ahora puedes ver por qué se lee el Salmo 2. "¿Por qué se amotinan las gentes?" Conspiración de las naciones; estaremos abordando eso en otro contexto, en breve. La furia de las naciones, los reyes de la tierra, reuniéndose contra el Señor y contra Su Ungido. "Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas”. Como diciendo, ellos son una amenaza.

"Pero yo he puesto mi rey sobre Sión, mi santo monte”. "¡Yo he puesto mi rey!” La furia, el asalto, la controversia, se centró sobre el Ungido, en el único Ungido, el Ungido de Dios.

Pero te das cuenta, no era muy largo en el Nuevo Testamento, tú sólo tienes en Hechos lo que está registrado mecánicamente en el capítulo 4 (y lo he dicho a menudo, que es una cosa muy buena que eliminemos esas cosas y leamos linealmente, ignorando los capítulos), y tú notas, cuando se lee el capítulo 4, en la forma como está marcado, llegas a un punto de la controversia, la controversia de Sión, –¡oh, la batalla continúa!

La batalla está vigente. las fuerzas del mal y las fuerzas en este mundo han puesto su marca en este único Ungido y la proclamación de Él; y cuando ellos están en la tarea de matar a Santiago y prender a Pedro, la Iglesia se reúne, Sión se congrega ¿y qué hacen ellos? Citan el salmo 2. Ellos orando le citan el Salmo 2 al Señor. "Señor, Señor", y luego ellos lo citan: "¿Por qué se amotinan las gentes [o las naciones], y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron... contra el Señor y contra su Cristo”.

Los hermanos lo citan, y ¿qué sucede? ¿Qué ocurre enseguida? "El rey está en Su santo monte de Sión". Él interviene. ¡Oh!, sí, Herodes parece haber obtenido un gran éxito con la muerte de Santiago, y él está muy satisfecho consigo mismo, y la gente está muy complacida con él, parece que está haciendo un buen negocio. Él prende a Pedro y le pone en la cárcel. Eso está bien.

Tanto peor para ti, Herodes. ¿Cuál es el final de esa historia? Herodes fue comido por los gusanos y murió, y la siguiente frase: "Pero la Palabra del Señor crecía y se multiplicaba" (Hechos 12:24). Ahí está el santo monte de Sión y Aquel que está entronizado porque estaba a la sazón situado a la derecha de Dios. Por eso citan el Salmo 2, lo que significa que el tiempo no tiene lugar allí, la geografía no tiene cabida en esto, pero donde quiera que hay una verdadera representación de Sión, puede haber agresiones que den la apariencia que los poderes del enemigo están obteniendo éxitos, sin embargo, el asunto es con Aquel que está en Sión. La cuestión es la victoria. Dios ha puesto a Su Santo en Su Santo Monte Sión. El Ungido está ahí.

La Naturaleza de la Controversia: El Espíritu del Mundo Contra el Testimonio de Jesús

Ahora, queridos amigos, ustedes están escuchando todo esto como una mera exposición de la Biblia. Tal vez yo no sepa lo que ustedes están pensando, cuáles son sus reacciones, pero yo sé lo que busco. Yo estoy detrás de algo, y espero que ustedes se muevan conmigo hacia el objetivo que estamos tratando de alcanzar. Si hemos llegado a Sión, ustedes, tal vez, hayan quedado muy satisfechos con las siete cosas acerca de Sión, y hayan estado diciendo: "¡Oh, hermoso! ¡Oh, maravilloso!

¡Oh, glorioso! Sí, Sión. Vamos a cantar más acerca de Sión. La vamos a tener como la ciudad de nuestras solemnidades.

Vamos a tener algunas festividades". Muy bien, todo es verdad, pero ustedes tienen que encontrarse con el número ocho. Si hemos llegado a Sión, hemos llegado a la controversia de una posición espiritual por parte de un pueblo, la controversia de la historia sobre este pueblo en unión con el Señor ascendido y exaltado. Se trata de un asunto controversial en este universo.

Los principados, las potestades, los gobernadores de las tinieblas de este mundo tenebroso, las huestes espirituales de maldad, todos se centran en una cosa: la negación del señorío absoluto de Jesucristo, y la Iglesia tiene la custodia de ese testimonio. Esa es nuestra vocación. Esa es la vocación del pueblo de Dios, ser ese testimonio. Contra eso se levanta el furor de la batalla. Todo lo que pertenece a las fuerzas del enemigo está en contra del testimonio de Jesús: una tremenda batalla está en curso por causa de "el testimonio de Jesús".

Bueno, ese es el punto focal de este asunto, pero entonces la batalla, no lo dude, no sólo se libra en la atmósfera, por así decirlo (está ahí, ese es su ámbito, los lugares celestiales, la atmósfera, en un sentido abstracto), pero observe de nuevo, como ocurría en el tipo en el Antiguo Testamento, así también en la realidad espiritual en el Nuevo, este antagonismo tiene sus medios de comunicación, sus vehículos, sus canales, sus instrumentos. Y ¿qué es? Es el espíritu del mundo. El espíritu del mundo, este mundo malo en su espíritu.

No creo que realmente hayamos comprendido lo que el Nuevo Testamento tiene que decir acerca de este mundo. Este mundo es un enemigo de Dios. Es un enemigo de todo lo que es de Dios. "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo".

En un gran clamor que brota del corazón del Señor Jesús, la oración hecha justo antes de la Cruz es: "No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo" (Juan 17:16). "No ruego que los quites del mundo (el ámbito geográfico que se llama el mundo), sino que los guardes del mal" (v. 15), de aquello que gobierna el mundo. No, esto no ha sido comprendido por la Iglesia. El espíritu del mundo; pienso que tú debes conocer algo de lo que quiero decir.

Como lo puedes ver, en el Antiguo Testamento, fueron estos intereses del mundo, las fuerzas del mundo, el mundo, lo que estaba todo el tiempo en contra de Sión. Si les hubieras preguntado el por qué, ellos hubieran tenido que sentarse y pensar mucho. "¿Por qué es que no nos gusta esa sencilla y pequeña ciudad? Esas personas, ¿quiénes son, qué son, por qué no gustamos de ellos?" Ellos han tenido dificultades para responder sus propias preguntas, pero hay algo siniestro detrás de todo esto. Aquellas inteligencias siniestras conocen algo. ¿Qué saben ellos? Ellos saben para qué fue llamado el elegido, y a lo largo de la carrera, el enemigo sabe que el elegido va a ser su perdición. Él va a perder su poder mundial, su título mundial como príncipe de este mundo. Él va a perder todo eso a manos de Aquel que está en Sión, y a través de la expresión corporativa de Su soberanía, Su señorío. Ese Sión al que hemos llegado. Él lo sabe; y si tú estás relacionado con eso, voy a confortarte diciéndote: "Tú eres un hombre marcado, tú eres una mujer marcada", y no cedas por causas secundarias y digas: "Es mi propietario”. Es esto y aquello y algo más. "Oh, esto puede ser el vehículo y el instrumento, pero hay algo mucho más siniestro detrás de todo. Nuestra lucha no es contra carne y sangre, propietarios, o cualquier otra persona, en último análisis. ¿Comités? ¿Organizaciones? El espíritu del mundo.

Recuerdo que el Dr. Campbell Morgan en su conferencia sobre la Carta a los Corintios, simplemente dijo lo siguiente: "La razón general para esas condiciones en Corinto –tan vergonzoso, tan terrible, de la que tú extraes algunos asuntos repugnantes y vergonzosos, es porque en Corinto, el espíritu del mundo se había metido en la iglesia". Bueno, ahí lo tienes. La batalla es contra el espíritu del mundo. Como literalmente en el tiempo antiguo, literalmente, así espiritualmente ahora en los tiempos actuales. No necesito insistir en 1 Corintios, ¿verdad? ¿El espíritu del mundo? La sabiduría de este mundo; el apóstol está en contra de eso. La concepción de poder en este mundo; él está en contra de eso. "La sabiduría y el poder de Dios es Jesucristo", dice él, "es el Señor". Muy bien, esta es otra línea.

Vamos a continuar, y esta es la fase final a la que definitivamente quiero llegar en esta mañana. Es lo que Romanos ocho, las partes que hemos leído, nos trae como la síntesis de todo esto que estamos diciendo acerca de la controversia de Sión.

La Naturaleza de la Controversia: ¿La Creación Entera gime y tiene Dolores de Parto?

–Por causa de los elegidos

El tumulto de las naciones. Salmo 2, por supuesto, es la rabia de las naciones, los reyes de la tierra se reúnen; tumulto en las naciones. ¿Y la razón para ello? ¿Por qué el alboroto en las naciones? ¿Hay alguien aquí esta mañana, que no estaría de acuerdo conmigo cuando digo que las naciones están en tumulto en este momento? ¿Será que ya hubo alguna vez un momento en el mundo, casi en su totalidad, si no en su totalidad, que estuvo en tumulto como lo está ahora? Tumulto, no sólo en los pueblos y las naciones, sino convulsiones en la naturaleza. Nunca hemos tenido algo como eso, ¿verdad? Todas estas convulsiones. No sé cuánto estás tú en contacto con esto, pero de alguna manera o de otra, nosotros sabemos acerca de eso. Los terremotos, las hambrunas, la interrupción de las estaciones, y demás. Hay, y es la mejor palabra para esto: "convulsiones en las naciones". Romanos 8: – "Toda la creación gime a una".

"Toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora". Hay una integración en un gemido. Está integrada por este dolor de parto en toda la creación. "Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando..." ¡Esperando! La creación gime por dentro de esta manera y con dolores de parto; si tuviéramos un oído espiritual para escuchar, gimiendo con nosotros por algo. Está sometida a vanidad, no por su propia voluntad, sino por la voluntad del que la sujetó. ¿Para qué es ese gemido? ¿Qué es ese dolor de parto? Para traer algo, y ¿qué es lo que debe ser dado a luz? Tenga en cuenta el resto del pasaje. ¡Los elegidos!

Tú vienes a esa sección, esa gran controvertida sección de Romanos sobre la predestinación, la predeterminación, la elección. Ahora no me vengan a preguntar sobre eso. Yo no tengo nada que ver con estos sistemas de predestinación o el resto de eso. Lo que estoy diciendo es que existe tal cosa como los elegidos de Dios, escondidos, ocultos entre las naciones.

Dios lo sabe. Tú no lo sabes. Yo no lo sé, y yo no te puedo decir quién es elegido y quién no es elegido. Dios lo sabe. Ellos están ahí escondidos, y dentro de este tipo, hay un espíritu de gemido, de nostalgia, de dolores de parto: "¡Oh!, que esta vanidad, este vacío, este impedimento, sea eliminado, y emergiéramos, saliéramos, brotáramos". Que los dolores de parto puedan cesar.

Aquí tocamos el corazón de las cosas. ¿Qué son todas estas convulsiones en torno a las naciones, y en la naturaleza? A medida que nos estamos moviendo hacia el final de la dispensación, ¿por qué este tumulto y convulsiones? ¿Por qué? Porque Dios tiene algo aquí que no es deseado por este mundo y su príncipe. Es algo así como cuando Jonás estuvo en el vientre del gran pez. El momento o la hora viene cuando el gran pez dice: "Oh, mira aquí, ¿qué tengo yo adentro? ¿Qué es lo que tengo?" Y el pez tiene el más terrible ataque de dispepsia. "¡Oh!, necesito deshacerme de esto. Nunca estaré cómodo hasta que me haya sacado esto que tengo dentro. Permítanme librarme de esto”. Por supuesto, bajo la soberanía de Dios, el pez va a la orilla, "y vomita a Jonás sobre la tierra seca". Y se me ocurre que cuando el pez se volvió hacia el mar, dijo: "Oh, ahora me siento bien. Él se ha ido.

Ahora estoy exagerando, imaginando, pero regresa conmigo a Israel cuando estaba en Egipto. ¿Qué está sucediendo? Convulsiones tras convulsiones en Egipto. Convulsión, bajo la soberanía de Dios, sí, de modo que de manera constante, gradual, persistente, Egipto está llegando al punto crítico.

"¡Oh!, será un buen día y una buena cosa cuando nos libremos de esta gente". ¿Observas lo que sucede al final? "Ellos fueron expulsados. Los egipcios los lanzaron fuera, los vomitaron", y supongo que si bien el ejército de Faraón los persiguió para traerlos de regreso, muchos (si no todos) en Egipto, dijeron: "Gracias a Dios, el ejército no tuvo éxito en traer a esas personas de nuevo. Estamos libres de ellos, y esto es un gran desembarazo". Ahora, esta no es la interpretación. No, hay un pueblo allí, los elegidos de Dios, y tarde o temprano en el lugar donde ellos están van a desear deshacerse de ellos. "Ellos son una amenaza, una gran amenaza".

Pero vamos a Babilonia, pues están allí. Los elegidos están allí. No tenemos mucho que indicar, pero tenemos a Daniel y sus tres amigos; y debemos concluir que ellos no eran los únicos verdaderos en Babilonia. Está Ezequiel. Hay un remanente en Babilonia. Dios tiene un pueblo. Él está haciendo algo en el curso de setenta años, y entonces se cumplen los setenta años, y ¿qué acontece? El profeta Isaías lamenta, capítulo 43: "Por vosotros envié a Babilonia, e hice descender como fugitivos a todos ellos, aun a los caldeos en las naves de que se gloriaban" (v. 14). ¿Y cómo aconteció esto? Baltasar tiene su fiesta; la mano escribe en la pared: "Tu reino es dividido y removido".

Esa noche fue asesinado Baltasar, ¿cómo? Darío y su ejército fueron a hurtadillas a través de la noche, se trasladaron a lo largo del cause del río, a través del valle seco, hacia el interior de Babilonia, en un movimiento clandestino, y utilizando la frase del profeta, "había roto en pedazos las puertas de bronce, y hecho pedazos los cerrojos de hierro" (cfr. Isaías 45:2); y llegaron al centro de Babilonia. Baltasar fue asesinado. "Por vosotros envié a Babilonia, e hice descender como fugitivos a todos ellos, aun a los caldeos en las naves de que se gloriaban", y abatió a todos sus nobles, sus más elevados nobles. La gente en el interior son una amenaza para el mundo, pero ellos son el objeto de todas las actividades de Dios –las convulsiones del mundo, si lo deseas.

Y yo creo, queridos amigos, que a medida que nos aproximamos al final, cuando la Iglesia estuviere para ser removida, estas convulsiones serán muy significativas de que el día de nuestro emerger está cerca. ¿Te acuerdas de la frase en el literal griego, las palabras del Señor, las palabras proféticas del Señor, sobre "el final"? Él habla de: "Angustia de las gentes, desfalleciendo los hombres por el temor" por las cosas terribles que sobrevendrán sobre la tierra (cfr. Lucas 21:25-26), pero en el original griego no dice "angustia de las gentes"; en el original griego dice "no hay salida para las naciones". No hay salida para las naciones. ¡Oh!, palabra, ¿no es eso cierto hoy en día? Ellos están tratando de encontrar una salida, y no hay salida para las naciones. Pero entonces, observa, cuando llegue ese momento: "Erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca". Vuestra salida; hay una salida para los elegidos cuando todo eso aconteciere.

La Implicación en la Controversia de Sión: Intensa Presión Espiritual

Bueno, tú tienes la enseñanza ahora. "Vosotros habéis venido a Sión". Me pregunto, pues no lo sé, por supuesto, en el pequeño mundo del Nuevo Testamento, puede haber sido cierto lo de esas persecuciones y martirios, creo que fue cierto, sin embargo el mundo es mucho más grande hoy que en aquellos días, este gran mundo comparado con el pequeño mundo del Imperio Romano, me pregunto si alguna vez hubo un tiempo en la historia de la humanidad cuando los santos estuvieron pasando por presiones espirituales mayores de las que se pasan ahora. Presión espiritual. No estoy hablando ahora sólo de persecuciones exteriores. Algunos están pasando por eso, pero incluso aquí, en este momento, en esta semana, queridos hijos de Dios me dijeron: "Nunca en mi vida había conocido de tantos conflictos espirituales, de presión espiritual. A veces tal presión es insoportable, intolerable. Me pregunto cómo iré a pasar a través de eso". Muchos de ustedes no saben nada de eso. Si tú no sabes, no te preocupes en este momento.

Pero si ustedes conocen eso, queridos amigos, y algunos de nosotros lo conocemos, nosotros jamás en nuestras vidas –y algunos de nosotros tenemos una larga vida con el Señor nunca hemos conocido una presión espiritual tan intensa y al desnudo. A veces parece llegar a un punto en el que iremos a sucumbir, donde parece que se va a romper. Muchos queridos hijos de Dios en todo el mundo me escriben en estos términos acerca de esto. ¿Qué significa eso? Ustedes han venido a Sión –eso es lo que significa. Deja tu teología sobre la elección y la predestinación. Abandona eso –eso no te va a llevar a ninguna parte, sólo te llevará a problemas y confusión; mas posesiónate del hecho de que Dios tiene un pueblo en este mundo, en las naciones, que está escondido en las naciones; un pueblo que Él conoce.

“Conoce el Señor a los que son suyos” (2 Ti. 2:19). Él los conoce, y el diablo tiene el mayor interés en ellos, Ellos están marcados, y están involucrados en la controversia de Sión. Si tú quisieres ignorar la palabra “Sión”, si ella crea imágenes mentales, ignórala, olvídala, sólo entiende el significado espiritual de lo que ella representa, que es “el testimonio de Jesús”, lo que representa el absoluto señorío de Jesucristo, la posición de la verdadera vocación de la Iglesia. Un pueblo como ese no irá a tener un tiempo fácil. Siento mucho decirles eso a ustedes, pero hemos dicho eso esta semana, de manera muy clara.

Mas aquí está, y ustedes dejarán este local, y tal vez habrá problemas, dificultades, y ese tipo de cosas, de familia, trabajo; y entonces ustedes dirán: “¿Qué ha acontecido comigo? ¿Qué está errado?” Pero es lo contrario, todo está correcto. ¡Oh!, me gustaría que todos nosotros pudiésemos creer en eso. Si lo que estoy hablando es verdad, la controversia de Sión es un conflicto sobre algo muy precioso para el Señor, porque Sión fue muy precioso para el Señor en la historia. Lee los Salmos.

Algo muy precioso para el Señor está siendo desafiado, por todas las fuerzas del mal, abiertamente y por todos los medios; y esta es la explicación acerca de las convulsiones actuales. El príncipe de este mundo y el espíritu y el sistema del mundo, consciente o inconscientemente, están disgustados con nosotros. Las naciones están cerrando sus puertas, expulsando a aquellos que representan al Señor. El mundo está estrechando su objetivo hacia aquello que es de Jesucristo. Presionando.

¿La explicación? –Es la hora de la “expulsión de la Iglesia”. Naturalmente, es una falsa esperanza de parte del mundo.

Puede haber sido verdad que los egipcios se pusieron alegres cuando ese pueblo se hubo ido. Ellos tuvieron un tiempo de descanso, pero no fue muy prolongado. Fue una alegría transitoria; su historia posterior fue problemática. Babilonia pudo haberse sentido un poco más confortable cuando aquel remanente retornó a Jerusalén, pero eso no duró mucho tiempo.

“Yo los abatí...” El Señor destruyó a Babilonia, así como Él destruyó a Egipto. Y puede ser que cuando la Iglesia se vaya, el príncipe de este mundo y su reino digan: “Ahí se fueron ellos. Ahora podemos quedarnos con todo eso aquí para nosotros”. Pero, si tú lo observas, el contexto de eso es que ellos no se quedan con todo para ellos por mucho tiempo. Pues entonces vendrán los juicios. El juicio de este mundo está apenas esperando hasta que la Iglesia sea removida, y este tiempo está muy próximo.

Creo que ya he hablado suficiente. Podría decir mucho más en cuanto a los aspectos de este conflicto, los medios usados por el enemigo, para intentar deshacer este testimonio, para intentar destruir a Sión. ¿Los medios usados? Bueno, uno de ellos es a través de la confusión. Esos poderes malignos son espíritus de confusión. Ellos siempre han sido. Nunca hubo un tiempo –yo me aventuro a decir, en la historia de este mundo, en que hubiere más confusión, y confusión dentro de la cristiandad, dentro del cristianismo mismo. Confusión. ¿Esto es verdad? ¿Es verdad que tú no sabes qué hacer? ¿Cómo responder? ¿Qué significa esto? Confusión espiritual invadiendo todo lo que está sobre esta tierra? – Confusión.

Existen espíritus de corrupción, para pervertir, para manchar. Hay espíritus de engaño. ¿Será que ya hubo un tiempo en que el engaño era mayor de lo que es ahora? En todo lugar hay engaño. ¡Oh!, yo no tengo la pretensión de impedir esto, ¿verdad? Pero ahí están las cosas que son engaño, que están asumiendo una apariencia divina; y eso es falso, eso es mentira; esas cosas no van a durar. Habrá un día en que cesarán. Las raíces, las semillas de su desintegración están dentro de ellas. En la apariencia de lo bueno y de lo recto, existe la falsedad y el engaño.

Existen divisiones. Y no hay fin para esto. Hasta entre dos personas del pueblo de Dios habrá este ataque, para dividir, para separarlos de alguna manera. Sí, en la Iglesia universal, un ataque para dividir; en las iglesias locales, sí, división, y división tras división; y en la familia, y entre ambos cónyuges – marido y mujer. Nosotros estamos en una batalla. Es algo terrible de decir, sin embargo, tú sabes que a pesar del amor y de la certeza de que el Señor te unió con tu cónyuge, con mucha frecuencia hay esta batalla sobre las relaciones de ustedes. ¿Es demasiado lo que estoy hablando? Pero es verdad.

Una batalla, los desentendimientos pueden venir y dividir, aislar. En cualquier lugar. Los espíritus de división están trabajando hoy, y el lema de ellos es: “dividir y conquistar”.

Depende del terreno sobre el cual estén ustedes. Si estuvieren en el terreno natural, en el terreno doctrinario, en el terreno teológico, en el terreno de la interpretación, si ustedes estuvieren en cualquiera de esos terrenos, ustedes no podrán permanecer juntos. Si estuvieren sólo en el terreno de Cristo, y de Su Señorío, entonces habrá una respuesta.

Ahora quiero cerrar con lo siguiente: Sión es muy precioso para Dios, porque Su Hijo es Su Rey Ungido sobre el Monte Sión. ¡Ah!, hay un gran amor en este testimonio de Sión. Es por causa de Su Hijo. Tú y yo debemos tener la causa del Hijo de Dios como motivación para todos nuestros caminos. “Os habéis acercado a Sión”, pero ustedes también han llegado a involucrarse en un gran conflicto. Por lo tanto, ayúdanos, Señor Dios.

Nosotros sólo te pedimos, Señor, que toda autoridad que ha sido dada a Ti en el Cielo y en la Tierra pueda cubrir, cercar y envolver eso que ha sido dicho aquí en esta mañana. Tú sabes que no es fácil. Es una batalla aun para salir de eso, pero, Señor, necesitamos ser protegidos. Confiamos en Ti, Señor.

Creemos en Ti y en la protección de la poderosa virtud de Tu Sangre, para la gloria de Tu Nombre. Amén.

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