Extractos des mensajes de T. Austin-Sparks
"Lo mejor que yo puedo esperar es que esto abra una ventana,
y que según usted mire a través de ella vea una sola cosa:¡Cuán superior es Jesucristo de todo lo demás!"
- T. Austin-Sparks
6 ENERO
“Nosotros tenemos la mente de Cristo.” (1 Corintios 2:16)
Nuestra mente natural es un gran obstáculo en la carrera que estamos corriendo, porque aparece todo el tiempo con sus complejos, sus argumentos, sus intereses y sus métodos. Cuando los corintios entraron a la Iglesia, siguieron detrás de sus pecados evidentes, ellos llevaron al Nuevo Reino lo viejo, la manera natural de pensar y razonar que pertenecían al mundo y no al Espíritu de Dios. Pero el apóstol los reprendió: “¡Pero tenemos la mente de Cristo!”; por lo tanto los exhortó a que permitieran que la Cruz fuera plantada entre la mente natural y la espiritual.
Solo llegaremos a la plenitud de Cristo cuando dejemos atrás la mente natural del hombre natural, y sigamos adelante más y más, progresando en la mente de Cristo. En todo, en todo juicio, en toda conclusión, en todo análisis, y en toda evaluación, debemos preguntarle al Señor: ¿Es esta Tu mente, o la mía? Algunas veces podemos sentir que tenemos el piso muy fuerte para tomar una cierta
actitud o llegar a ciertas conclusiones; podemos sentir que tenemos todas las pruebas y así estar muy convencidos, y sin embargo estar muy equivocados.
El hombre que escribió la carta a los Corintios sabía desde su más profunda y amarga experiencia que este era el caso cuando dijo: “Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret.” (Hechos 26:9). No hubo hombre que tuviera tan fuertes convicciones en cuanto a la corrección de su rumbo que Saulo de Tarso. La gran revolución que tuvo lugar en él cuando vino a Cristo, fue que tuvo que decir: “He estado completamente equivocado en mi manera fundamental de pensamiento.” Después de esta confesión, él hizo un buen progreso en la carrera, porque él siempre estaba dispuesto a sujetar su pensamiento a la autoridad de su Señor crucificado. ¡Este es el camino del progreso espiritual! No vamos a llegar muy lejos mientras nos aferremos a nuestras opiniones y a nuestras propias conclusiones, y aunque contemos con el apoyo de los demás, tenemos que aprender a dominar nuestra mente natural y someternos a la mente de Cristo. Esto es muy importante si es que estamos preocupados sobre el progreso espiritual; y el progreso espiritual es el incremento de Cristo – ¡no hay otra!
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