27 FEBRERO
“El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel.” (Hechos 9:15)
El Señor debe contar con un instrumento. Un instrumento como Daniel, ya sea personal o colectivamente, que se mueva en dirección a Dios por Su testimonio. Él debe tener un Nehemías, con un gran dolor por las personas a causa de la ruptura del testimonio. Un Esdras, que no se comprometa ni por un momento con nada que sea contrario a la mente de Dios. Debe tener un instrumento como Ester, que arroja el miedo a los vientos, y va y toma la vida en la mano para enfrentar el trono por la vida del pueblo de Dios, para liberarlo de la amenaza del enemigo.
¡Oh, lo que esas oraciones han hecho! Amados la carga del Señor debe venir a nuestros corazones de esa misma manera, si vamos a ser instrumentos eficaces para el Señor en las actividades de los tiempos finales; debemos ser ejercitados de manera más profunda en los intereses de Dios. No debemos detener nada de lo que cuenta para el Señor y Sus intereses. Nos sorprenderíamos de cómo el Señor viene si le diéramos una oportunidad. Todo esto comienza con un reconocimiento de la necesidad, y la carga de estas cosas en nuestros corazones. Cuando estamos realmente en Él por el impulso del Espíritu Santo, las características comunes que se encuentran en aquellos instrumentos del Antiguo Testamento, serán encontradas en nosotros, y vamos a ser hallados en un pueblo dedicado a Una sola cosa: La carga y la preocupación del corazón del Señor por Su testimonio en Su pueblo.
Por T. Austin-Sparks. Título original:
The Time in Which We Live