Ventanas Abiertas

7 ABRIL

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“Yo no lo he recibido de ningún hombre, ni me fue enseñado, sino que lo recibí por una revelación de Jesucristo.” (Gálatas 1:12 NVI)

La certeza y la seguridad de que era correcta la raíz de su vida cristiana (la de Pablo) y del servicio, vino debido a que él lo vio todo en Jesús. ¡Todo…en Jesús! ¡Qué liberación! ¡Qué emancipación! Hemos dicho a menudo que no había poder en este mundo que hubiera podido convertir a aquel rabioso y fanático judío, Saulo de Tarso, en un cristiano amante de Jesús de Nazaret. No había poder en este mundo que lo hubiera podido hacer, pero solo el ver a Jesús en esta manera, lo hizo, lo hizo. ¡Él fue libre, él fue emancipado!

No es de extrañar en todos sus escritos la fiereza, y la más feroz es su carta a los Gálatas, la carta de nuestra libertad en Cristo, con este: “Dios reveló a Su Hijo en mí y me libró de todas las otras cosas.” No acostumbro decirle a la gente que haga esto y aquello; pero otra cosa es, que se debe buscar una limitación y la ampliación de librarse. Si solo pudiéramos traer a Cristo…con toda Su divina relevancia y significado al alcance de ellos, el Espíritu Santo podría revelarlo a Él en sus corazones… ¡Oh, sí, lo hará! ¡Lo hará! Ellos nunca estarán otra vez contentos con algo que los limite al ropaje de la sepultura de la religión.

Pablo fue liberado del judaísmo como ninguna otra cosa lo habría hecho. La forma de escapar, el camino de la ampliación, el camino de la resistencia es ¡ver a Jesús! No es por el aprendizaje, es decir, no es por las escuelas. Pablo tenía todo lo de las escuelas, lo hizo por la religión. Él nunca lo obtuvo por las escuelas ni nunca se obtendrá por las escuelas, ni a lo largo de la línea de la instrucción técnica de las cosas cristianas o religiosas. Esto no es meramente mental, o académico, o intelectual en absoluto. Es una obra del Espíritu Santo.

Por T. Austin-Sparks. Título original: Revelation of Jesus Christ – Capítulo 7