Extractos des mensajes de T. Austin-Sparks
"Lo mejor que yo puedo esperar es que esto abra una ventana,
y que según usted mire a través de ella vea una sola cosa:¡Cuán superior es Jesucristo de todo lo demás!"
- T. Austin-Sparks
17 JUNIO
“Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos.” (Mateo 20:32-33)
Nunca veremos las cosas divinas con la ayuda de nuestra razón. Nunca las veremos, porque sean puestas claramente para nosotros por el que ministra. No, sólo será cuando Jesús de Nazaret entre en contacto con nosotros y nosotros con Él. Eso se aplica a cada etapa de la vida cristiana. Si hay alguien leyendo estas líneas y nunca ha tenido, en primer lugar, sus ojos abiertos para ver, cuyo resultado es conocer la Vida eterna...porque “conocer” es otra palabra para ver. Jesús dijo: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3). Si usted no ha entrado aún a la Vida, no ha recibido la Vida eterna, recuerde que eso no sólo le sucederá a usted, esto no le sucederá simplemente. Usted tendrá que interesarse tremendamente en esto y mostrarle al Señor que habla en serio. Tendrá que ser como Bartimeo y clamar, y clamar “mucho más”. Recuerde que el Señor a menudo espera, se demora, se mantiene a raya para ver si nosotros, realmente, valoramos este ver. Nosotros somos probados en lo que se refiere a cuánto estimamos ver las cosas del Señor.
Lo que es cierto al principio es cierto a lo largo de todo el camino. No hay fin para la revelación divina, no hay fin para nuestro ver. ¡¡Cuán poco hemos visto, cuán poco conocemos de los vastos depósitos de la intención, pensamiento, propósito y significado divinos!! Estamos de pie en las costas de este vasto océano de Dios y Sus propósitos y significados en nuestra creación. ¡¡Cuán poco conocemos de esto!! Y no vamos a conocer hasta que tengamos un corazón profundo, ejercitado. Pero está ahí, y está ahí para nosotros, y tenemos que entrar de esa manera “mucho más”. ¿Le gustaría eso después de una conferencia, o después de cualquier reunión en la que se haya ministrado la Palabra de Dios? ¿Está usted seguro de haber visto todo lo que Dios destinó que usted viera? ¿Está usted sólo escuchando lo que se dice? Usted está de acuerdo, pero ¿cuál es el efecto? El efecto real aguarda sobre el corazón ejercitado, sobre este clamor y “mucho más” clamor. El Señor no lo está cerrando, ni guardando, pero está esperando saber que esto es de mayor valor para usted que todo lo demás; si es necesario, que es de mayor valor que dormir, que descansar. Usted no le va a dar descanso a Él hasta que Él le abra sus ojos.
Preservando los deseos de T. Austin-Sparks con respecto a que se debe entregar libremente lo que libremente se ha recibido y se reproduzca palabra por palabra, si eliges compartir los escritos con otros, te pedimos que, por favor, los ofrezcas libremente: sin costo, sin pedir nada a cambio, enteramente libres de cualquier cambios, y siempre con esta declaración incluida.