Extractos des mensajes de T. Austin-Sparks
"Lo mejor que yo puedo esperar es que esto abra una ventana,
y que según usted mire a través de ella vea una sola cosa:¡Cuán superior es Jesucristo de todo lo demás!"
- T. Austin-Sparks
18 JUNIO
“...He aquí un pueblo que habitará solo, y no será contado entre las naciones.” (Números 23:9)
“No será contado entre las naciones”. ¡¡Esto es maravilloso!! Esto no sólo pone a Israel separado de las naciones, sino en la cima de las naciones. Ahora, si ha habido algo que Satanás siempre ha tratado de hacer con el pueblo de Dios en todas las edades, ha sido que sea reconocido entre las naciones. Hablo con solemnidad y cuidado. Justo en el mismo corazón de la cristiandad, tal como la tenemos hoy, está el deseo de ser reconocida. ¡Reconocimiento! Todo lo que el cristianismo organizado hace es para ganar reconocimiento. ¿Qué son todas estas iglesias? Quiero decir, en este caso, ¿qué son todos estos edificios elaborados e imponentes? Son para ganar reconocimiento, para ser tomados en cuenta. ¿Con qué fin es todo ese procedimiento, publicidad y todas esas muchas otras cosas? Para obtener reconocimiento, para ser acreditados aquí en esta tierra, para ser tomados en cuenta.
¡Sí, ese es el triunfo de Satanás! Ahí es donde el poder espiritual ha sucumbido, ahí es donde la iglesia ha dejado de ser algo considerado de arriba. Ha bajado, en espíritu, para ser contada entre las naciones. Si Satanás pudiera tener al pueblo de Dios en una posición donde ellos sean tomados por este mundo, descritos por este mundo, hechos algo de este mundo, ha triunfado y arrastrado a la iglesia fuera de su lugar celestial y hecha algo terrenal. Ese es el principio a través del Antiguo Testamento, y también es el problema en Apocalipsis. Dios no lo tiene, el éxito de Satanás corre en esa línea. Él ha arrastrado a la iglesia fuera de los cielos. Ha hecho que toque la tierra en algún lugar, de alguna manera ha formado un vínculo con la tierra.
Lo que hemos recién dicho nos toca de muchas maneras, sí, en incontables cosas. En principio, en el asunto de ser contados entre las naciones, en haber bajado de la posición celestial. El Señor nunca pretendió que Su iglesia en esta tierra fuera algo, que fuera tomado por este mundo, que fuera contado entre las cosas de este mundo, que fuera reconocido y acreditado por este mundo. Lo que Él pretendió y que obtiene cuando las cosas están correctas, es que el mundo mismo no pueda sobrellevar la presencia de la iglesia, que no la quiera. Ahí está el poder de la iglesia de testificar contra el mundo.
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