23 JUNIO
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios...” (2 Corintios 5:17-18)
La regla de la nueva creación que lo incluye todo es, que “todas las cosas provienen de Dios”. Con respecto a este hecho, el apóstol Pablo usa la palabra “y”, “Y todo esto proviene de Dios...”, como si anticipara, interceptara o detuviera un impulso por salir corriendo e intentar la vida o el servicio, sobre la base de la vieja creación, o con los recursos de la vieja creación. La gran pregunta entonces es: ¿Qué significa que todas las cosas en esta nueva creación provengan de Dios? ¿Qué tipo de vida será tal vida? Responder esa pregunta adecuadamente, sería una tarea muy amplia y la cosa más revolucionaria concebible.
Para comenzar, deberíamos tener resuelta la diferencia entre la vieja y la nueva creación, y luego, de cuánto alcance es dicha diferencia. Además, necesitaríamos ver que Dios ha puesto estas dos creaciones separadas, absolutamente y para siempre, y que de todos modos, misericordioso y paciente, está con nosotros en nuestra ignorancia y lentitud de comprensión, pero nunca acepta el traslape o entrecruzamiento entre las dos. Luego, habría la necesidad adicional de un juicio interior, inteligente, y poder mediante el cual seamos conscientes del veto divino sobre una, y la energía hacia la otra... No es lo que se hace para Dios lo que dura, sino lo que es hecho por Dios. La medida de valor espiritual es determinada por la medida en la que Dios lo promueve, no por la medida de la actividad humana de acuerdo al juicio y energía humano en el nombre de Dios.
Por T. Austin-Sparks. Título original:
A New Creation