Ventanas Abiertas

25 JUNIO

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“Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el ultimo.” (Apocalipsis 22:13)

Nosotros tenemos que deponer todos nuestros esquemas, todos nuestros planes, todos nuestros arreglos y todos nuestros programas para el Señor, y en el lugar secreto con el Señor entrar en el valor de la unión espiritual, verdadera y viva con Él. El propósito no puede comenzar con nosotros, en nuestros pensamientos, en nuestros deseos, en nuestra voluntad, pero puede comenzar con Dios y encontrar un registro de Dios en nosotros. Él nos quiere hacer ver con percepción espiritual, lo que está haciendo y hace, y “de la misma manera”, que Dios es tanto particular acerca de Su método como de Su propósito.
El asunto no es que uno haga algo para Dios, sino de Dios. Esta es la razón por la que el apóstol añade a su gran declaración acerca de la nueva creación, la clausula que rige al decir: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios...” En la nueva creación todas las cosas provienen de Dios. Hay un Hombre en la obra de Dios. Hay un Hombre a quien todas las obras de Dios se le confían. Hay un Hombre, únicamente uno. Todas las obras de Dios estas relacionadas con dicho Hombre en la gloria. Lo importante para nosotros es ver qué es Cristo, no sólo quién es Cristo (aunque es importante ver que Cristo es Dios), que Cristo es el Hombre que incluye toda la nueva creación, que Él es ahora una humanidad divina, y que Él plena y totalmente, conclusiva y definitivamente, expresa el pensamiento de Dios. No hay expresión de Dios separada de Jesucristo, en lo que respecta a la nueva creación. Los pensamientos de Dios, la voluntad de Dios, los deseos de Dios, la obra de Dios, están consumados en Él. Él es el primero y el último, y usted no puede salirse de esto.

Por T. Austin-Sparks. Título original: The Meaning of Divine Life – Capítulo 3