Extractos des mensajes de T. Austin-Sparks
"Lo mejor que yo puedo esperar es que esto abra una ventana,
y que según usted mire a través de ella vea una sola cosa:¡Cuán superior es Jesucristo de todo lo demás!"
- T. Austin-Sparks
9 JULIO
“...una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.” (Juan 9:25)
Si a usted y a mí se nos permitiera estar perfectamente satisfechos con lo que hemos alcanzado y a no sentir la absoluta necesidad de algo que nunca hemos tenido, ¿deberíamos seguir? ¡Por supuesto que no! Para mantenernos avanzando el Señor tiene que propiciar esas experiencias en las que es absolutamente necesario para nosotros verlo y conocerlo de un modo nuevo, y que sea así a lo largo del camino hasta el final. Pueden ser una serie de crisis para ver, para ver otra vez, y aún una vez más, hasta que seamos capaces de decir como nunca antes: “¡¡Veo!!” Así que, no es nuestro estudio, nuestro aprendizaje, nuestro conocimiento del libro, sino un espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él, que los ojos de nuestros corazones sean alumbrados y que ese ver traiga la nota de autoridad que es muy necesaria. Ese es el elemento, la característica que se requiere hoy. No es sólo ver por el amor de ver, sino para traer una nueva nota de autoridad.
¿Dónde está la voz de autoridad hoy? ¿Dónde están esos que verdaderamente hablan con autoridad? Usted y yo estamos languideciendo terriblemente en cada aspecto de la vida por falta de la voz de autoridad. La iglesia está languideciendo por la falta de una voz de autoridad espiritual, por la falta de esa nota profética: “Así dice el Señor”. El mundo está languideciendo por la falta de autoridad y dicha autoridad está en los que han visto. Hay mucho más autoridad en el hombre ciego de nacimiento, en su testimonio, “...una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo”, que el que había en todo Israel, con toda la tradición y aprendizaje de Israel. No fue eso lo que tuvo peso con respecto al Señor Jesús, “porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas” (Mateo 7:29). Los escribas eran las autoridades. Si alguien quería una interpretación de la ley, iba a los escribas. Si alguien quería conocer qué era la posición de autoridad, iba a los escribas. Pero Él habló como quien tenía autoridad, no como los escribas. ¿Dónde reside esa autoridad? Justo como en todas las cosas Él podía decir: “¡Ya sé! No es lo que he leído, lo que se me ha contado o lo que he estudiado lo que tiene poder, sino que ¡lo he visto!”
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