Extractos des mensajes de T. Austin-Sparks
"Lo mejor que yo puedo esperar es que esto abra una ventana,
y que según usted mire a través de ella vea una sola cosa:¡Cuán superior es Jesucristo de todo lo demás!"
- T. Austin-Sparks
17 JULIO
“No recibí mi mensaje de ninguna fuente humana ni nadie me lo enseñó. En cambio, lo recibí por revelación directa de Jesucristo.” (Gálatas 1:12 NTV)
Sólo la revelación del Espíritu Santo en nosotros es suficiente para darnos la fuerza para vencer y seguir adelante. Esa revelación que está dentro del espíritu de uno y que no es una apreciación mental de la verdad, aún cuando sea una verdad acerca de Dios. Ese poder para poder decir: “Yo sé”, y no: “Lo he oído o lo he leído”. Es una experiencia que nada nos la puede robar. Es absolutamente esencial tener esta revelación por el Espíritu Santo, porque tenemos que enfrentarnos a fuerzas malignas ante las cuales nada puede estar firme salvo lo que es de Dios. “...en angustia, tú me hiciste ensanchar”. ¿Cómo? Con el constante levantamiento de la Vida interior. Problemas, pruebas, dolor...estamos sujetos a estas cosas que son comunes a todos los hombres, pero nos levantamos por encima de ellas mediante “el poder de Su fuerza” interior. Somos fuertes debido a la Luz dada en el conocimiento de Dios.
Esta es una revelación en crecimiento. Pablo les escribe a los santos en Efeso y ¡qué maravillosa historia tenían ellos! Lea las palabras de despedida de Pablo. (Hechos 20:17-38). Él les dice que deben ser fortalecidos para comprender...mostrando la necesidad del gran poder de Dios traído mediante la revelación. El enemigo resiste poderosamente la revelación para estropearla o entorpecerla. ¡No se detendrá ante nada!
La luz y la fuerza van juntas; la resistencia es por medio de la revelación. “¡Yo sé!” El establecimiento en la verdad mediante la revelación de la verdad, provoca un impacto en Satanás y sus huestes; la luz conduce al poder. Cuando el Señor nos abre los ojos, ¿qué sucede? “...los ojos de nuestro corazón son alumbrados para poder saber...” Este es el resultado cuando los ojos son abiertos. “...sabiendo que Aquél que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús...” (2 Corintios 4:14).
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