Extractos des mensajes de T. Austin-Sparks
"Lo mejor que yo puedo esperar es que esto abra una ventana,
y que según usted mire a través de ella vea una sola cosa:¡Cuán superior es Jesucristo de todo lo demás!"
- T. Austin-Sparks
21 JULIO
“Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.” (Juan 1:12 y 13 NVI)
Según el pensamiento de Dios, ¿para qué existen los cristianos? ¿Para qué existe la iglesia? Sólo hay una respuesta. La existencia y la función es ser una expresión de Cristo. No hay nada menos ni nada más que eso. Cristo es el Alfa y el Omega, el principio y el fin, y todo en el medio. ¡Qué este sea el punto de partida! ¡Qué esta sea la norma que gobierna y la realidad en todos los asuntos de la vida y el trabajo! ¡Qué veamos a la vez, la naturaleza y vocación de la iglesia! Este vasto e incomprensible sistema celestial, del cual Cristo es la personificación, toca cada detalle de la vida personal y colectivamente. Pero recuerde, sólo el Espíritu Santo ve y conoce la forma en que es, por lo que desde el principio tiene que haber una total sumisión a la dirección del Señorío del Espíritu Santo. Lo que el torrente sanguíneo es para el cuerpo humano, así es la vida divina para y en “la iglesia, la cual es Su cuerpo”. Lo que el sistema nervioso es en el ámbito físico, así es el Espíritu Santo en el ámbito espiritual. Entienda todas las funciones de estos dos sistemas en lo natural, y empezará a ver cómo ha escrito Dios Sus grandes principios celestiales, primero en la persona de Su Hijo y luego en Su cuerpo corporativo.
Así como el creyente individual es el resultado de una procreación, de una concepción, de una formación, de un nacimiento y de una semejanza, así es una verdadera iglesia en el Nuevo Testamento. Es una reproducción de Cristo mediante el Espíritu Santo. El hombre no puede hacer, formar, producir o “establecer” esto. Ni tampoco puede “unir”, “inscribir” o hacerse a sí mismo, miembro de este organismo. Primero es un embrión y luego una “conformación” según Cristo. Así, todo lo que habla acerca de la “formación de iglesias del Nuevo Testamento” no tiene sentido. El principio está en el ver de Cristo.
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