Extractos des mensajes de T. Austin-Sparks
"Lo mejor que yo puedo esperar es que esto abra una ventana,
y que según usted mire a través de ella vea una sola cosa:¡Cuán superior es Jesucristo de todo lo demás!"
- T. Austin-Sparks
14 AGOSTO
“En cuanto a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo.” (Gálatas 6:14)
Usted puede tener la ley cristiana, tanto como puede tener la ley mosaica; se puede estar en la esclavitud en el cristianismo, tanto como los hombres lo estaban en el judaísmo. El cristianismo se puede convertir en un sistema impuesto, tanto como la ley mosaica lo era; y hay, hoy en día, muchos cristianos que viven bajo el temor del "debes y del no debes" de una concepción legalista de la vida cristiana. Usted puede tomar la Biblia como la norma de Dios para su vida y tratar de cumplirla, y aún así estar cargado de un sentimiento de fracaso constante.
La Biblia es la norma de Dios, y es muy exhaustiva, porque no deja ninguna parte de la vida práctica sin tocar, pero los que hacen un esfuerzo para tratar de vivir de acuerdo con ella, sólo terminan en el desengaño. No, no es sólo una cuestión de un libro, sino de una Persona, la Persona que vive a la altura de esa norma, absolutamente cumpliendo lo mínimo de cada demanda con el más perfecto éxito, complaciendo a Dios al máximo. Por su muerte Él nos ha liberado de la esclavitud de las exigencias legales. Esta misma Persona ahora vive en nosotros por el Espíritu Santo, buscando que la voluntad perfecta de Dios, no esté sobre la base de algunas instrucciones que vienen desde afuera, sino como una fuerza viva interna. Tenemos la ley escrita en nuestros corazones. Estar en Cristo es una cuestión de vida y no de legalismo.
Cristo, y Cristo crucificado, es el poder de Dios para traer la liberación del pecado, de la carne, de la ley y del mundo. "Dios me libre de gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo" (Gálatas 6:14). Pablo no se gloriaba de que podía disfrutar tanto de todo el mundo y todavía tener una limpia conciencia; pero se mostró entusiasmado por haber sido liberado de todo el mundo. Para los creyentes la única manera posible de permanecer en este mundo es, saber que ya no le pertenecen al mismo.
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