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Sino que os Habéis Acercado al Monte de Sion

por T. Austin-Sparks

Capítulo 2 - UN NUEVO ISRAEL

Señor, no como una parte de nuestro programa, sino que desde el fondo de nuestros corazones te decimos, "Parte el pan de vida para mí". Tú eres el Pan de Vida. Dadnos de Ti mismo esta mañana. Que haya una real ministración de Cristo en esta hora. Envía tu Espíritu, Señor, de una manera nueva para nosotros. Abre nuestros ojos para que podamos verte. Señor, responde a esta oración por causa de tu propio nombre. Amen.

En la Carta a los Hebreos, en el capítulo uno, vamos a leer nuevamente los versos 1 y parte del 2: "Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo...” Y el peligro de correr inmediatamente a lo largo de nuestra lectura de esas palabras es el peligro de familiaridad. Lo que quiero decir es esto, que después de más de sesenta años de estar activamente en el ministerio de la Palabra, y por lo tanto bastante familiarizado con las Escrituras, estas palabras están más vivas y más significativa hoy que antes. Y así debería ser. Mi problema es que no tengo el tiempo suficiente para vivir con estas palabras y con esta carta.

En cierto sentido, tú no debes conocer tu Biblia. Tú debes, y debemos, estar llegando a la Biblia cada vez como si no la conociésemos, y que debería ser para nosotros como si fuese algo que realmente, después de todo, no conociéramos. No puedo transmitirte mi propia percepción de esto. Sólo puedo hacer una declaración como esa, en cuanto a cómo debe ser. La dificultad es comunicar aquella sensación de inmensidad, de vitalidad, de urgencia que está presente en mí en esta Carta a los Hebreos. Tú debes venir de esa manera, y es por eso que oramos: "Oh, envía tu Espíritu, Señor, ahora a mí para que Él pueda tocar mis ojos, y me haga ver más allá de la página sagrada". Más allá de la página sagrada, es decir, hacia donde tenemos que ver. Vemos la carta, vemos la página, vemos las palabras, las conocemos. Todo ello es para nosotros bastante familiar, pero es algo que está más allá, más allá de la escritura en sí, lo que tenemos que ver. El Señor nos ayude en esta mañana.

Ahora, habiendo repetido esas palabras del comienzo de esta carta, confío en que tú ya has comprendido el significado de las palabras introductorias que son realmente una comprensión de toda la carta o la verdad que está en esta Carta a los Hebreos. Confío en que hayas visto los dos aspectos que comprenden esta carta. En tiempos pasados, existían fragmentos, piezas, partes, trozos, aspectos, pero ahora todo eso y mucho más está reunido junto, está comprendido y completado íntegramente. No hay más porciones diferentes, ya no hay diferentes tiempos, ya no hay formas diferentes, sino que ahora hay un tiempo, una manera, toda una "comprensibilidad". Aquí está todo. La plenitud ya fue alcanzada, y este es el otro tiempo, el tiempo postrero, el último tiempo de plenitud, integridad.

Así que esta Carta a los Hebreos, nos trae la plenitud definitiva de todas las cosas en el Hijo, no sólo comprensión, no sólo plenitud, sino la finalidad. Este es el último tiempo, el final, no hay nada más allá de esto. Es el fin de todo el discurso de Dios. Dios, que habló de muchas maneras diferentes, distintas formas y métodos, por último, ha hablado plenamente; ya no hay nada más allá. Debemos estar impresionados con eso.

No sé lo que estás buscando, lo que estás esperando, tu propósito por lo que estás orando, pero Dios ya te ha dado todo aquello que le has pedido o por lo que has orado. Eso está presente, eso es ahora. Él ya no tiene más revelación que dar, sino sólo aquello que Él ya ha dado. La revelación, ahora y a partir de ahora, no es una nueva verdad, es sólo la luz de La Verdad.

Ahora quiero que vayas al capítulo doce de esta carta, sólo para escoger de nuevo nuestras palabras relevantes. ¿Recuerdas lo que dijimos ayer sobre las dos palabras todo inclusivas, las palabras relevantes, que están presentes a lo largo del Nuevo Testamento, capítulo 12, versículo 18? "Porque no os habéis acercado... “Entonces, ¿qué? Versículo 22: "Sino que os habéis acercado..." No – Sino. Aquí, en los versículos 18 al 21, tú tienes una comprensión de todo lo que ha sido. Es muy completo, y todo lo que es descartado, lo que ha finalizado, con la palabra "no". Luego, con el versículo 22, existe la introducción de otro gran orden de cosas, maravilloso, más allá de nuestras comprensión.

No estoy exagerando, queridos amigos, cuando digo que podríamos pasar todo un año en los versículos 22 en adelante. La plenitud y la profundidad es muy grande, porque comprende toda la Biblia. Esta es la gran división entre el "no" y el "sino"; y como lo dije ayer al comenzar, estamos en este tiempo en lo concerniente con lo del advenimiento de Cristo y Su cruz. A lo que hemos llegado, eso somos.

Me pregunto qué responderías tú si te hicieran esta sencilla pregunta: "¿Qué es usted?" Me imagino lo que sería tu respuesta o respuestas. Quizás tú digas: "Bueno, yo soy un hijo de Dios. Bueno, yo soy un cristiano". ¡Oh, las respuestas serían múltiples.

Así que ahora, en esta mañana, como el Señor nos capacite, quiero centrarme en lo que somos.

La Intervención de Dios: Un acto Divino

Aquí en el capítulo 12, en estos versículos encontramos la gran, gran división entre el "No" y el "Sino" tan concentrado en esta singular carta. Otras cartas son más genéricas, más grandes y de amplio contenido, pero en esta carta, el significado particular es que todo lo que está a los dos lados de la Cruz se concentra en esta Carta a los Hebreos.

Ahora tú percibirás [y yo no me ocupo de los detalles de estos versos, sólo con la declaración general] que bajo el no –"no os habéis acercado al..."– en virtud de ese "no", tú tienes la constitución del Israel antiguo. Eres llevado al Sinaí, y en el Monte Sinaí, el Israel antiguo fue constituido como una nación.

Antes habían sido un pueblo, una muchedumbre, una multitud de personas comunes, y una multitud mixta hasta entonces; pero ahora aquí en el Sinaí, ellos con constituidos en la nación de Israel, el Israel antiguo. Eran hebreos transformados en Israel. En primer lugar hebreos, judíos, ahora Israel como una nación. Sé que el nombre de Israel se remonta a antes de eso en cuanto a la persona. Se remonta al nuevo nombre de Jacob y su familia, pero aquí se constituye como una nación que salió de las naciones, separado de las naciones, distinta entre las naciones, una nación llamada colectivamente Israel.

Esto es algo nuevo en la historia, algo nuevo entre las naciones, algo nuevo en este mundo, en esta tierra. Es un nuevo comienzo de Dios; Dios actuando, Dios haciendo. Sólo tengo que tomar tiempo para citar las Escrituras: "Te he escogido", dice el Señor. "Ustedes son mi pueblo", lo que implica decir que, "Ustedes son el resultado de mi acción en la historia".

La primera palabra en este libro de Hebreos es "Dios", y esta palabra siempre queda bien en la cabeza de cada nuevo movimiento de Dios. ¿Qué dice en Génesis? "En el principio Dios...." Dios en acción en el principio. Es Dios tomando la iniciativa; y este pueblo de Israel es el resultado de la intervención divina en la historia de este mundo con una acción divina, la prerrogativa misma de Dios, total, completa y únicamente de Sí mismo. Dios en la creación, un nuevo comienzo, es decir, en lo Antiguo.

Luego se llega a lo Nuevo, y lo Nuevo se abre con el Evangelio de Juan: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios". "¡En el principio Dios!". Pero este es un nuevo movimiento. Una “nueva creación" está indicada aquí, y descrita con exactitud. "En el principio creó Dios...hombre” (Génesis 1:1, 26). Pero aquí en Juan es puesta a la vista una nueva humanidad, en virtud de un "No" y un "Sino". "Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios".

¿"No de sangres"? En el texto griego, "sangres" está en plural. ¿Por qué está en plural? Bueno, no vamos hacer aquí un ensayo para forcejear frente a nuestros teólogos liberales, pero el Espíritu Santo siempre es muy exacto y correcto, y el Espíritu Santo hace que esto sea puesto en una forma que tú casi lo examinas, de modo que te impresiona fuertemente, y Él lo expresa de esta manera "no de sangres", no de José y María.

Esa es la mezcla de sangres, ¿no? Eso es lo normal, lo natural de la humanidad, la mezcla de sangres, dos sexos. "No de sangres" se trata de una aplicación directa al nacimiento virginal. No de todo eso (ambos sexos), "sino de Dios".

Como pueblo de Dios, no hemos nacido de esa manera. Tú nunca naciste siendo un cristiano. Tú nunca naciste naturalmente siendo un hijo de Dios. Nunca heredaste la vida divina por parto natural. Bueno, eso es evidente, pero somos "nacidos de Dios". ¡Somos un hecho Dios! Es el acto de Dios para producir una nueva humanidad, una nueva y diferente humanidad, nueva y diferente jamás creada por la voluntad del hombre, nunca producida a lo largo de líneas naturales en absoluto, "sino de Dios"; una nueva humanidad, una raza espiritual. No es una raza natural en absoluto, sino una raza espiritual. Entonces, ¿cuál es la implicación tanto de esta carta, en toda su extensión, como del Nuevo Testamento, en su conjunto?

¿Qué es? Un nuevo Israel, que es lo que está diciendo esta carta a los hebreos; no a aquellos hebreos de la historia; sino que un nuevo Israel ha llegado.

Pienso que deberías tener en cuenta, si no lo has tenido, una cosa muy simple; por supuesto, todos deberían estar familiarizados con eso, pero me alegra mucho, y estoy muy contento y feliz, al saber que en una traducción e interpretación más reciente de la Biblia llamada "Amplificada” por notar que dondequiera que el nombre "Cristo" se menciona en el Nuevo Testamento, esta amplificación enlaza el nombre y la palabra "Cristo" con "Mesías". Esa versión los coloca juntos; son uno porque, como tú sabes, "Mesías" es en el hebreo lo que "Cristo" es en el griego, que significa lo mismo, "el ungido del Señor".

Mantén siempre esto en mente. El Cristo es el Mesías. El Mesías en la historia de la mentalidad hebrea, tanto en el concepto como en la expectativa, el Mesías del antiguo Israel es el Cristo de un nuevo Israel. Un nombre, el mismo nombre, el mismo significado, pero que persisten hasta ahora, y así donde quiera que leas la palabra "Cristo" en el Nuevo Testamento, no te olvides del guión; se dice "Cristo-Mesías".

Es más impresionante a medida que leemos esa versión, cada vez que entras en la mención de "Cristo" ver que luego dice, "Mesías". ¿Puedes ver el significado? ¿Ves a lo que se trata de llegar? ¿Se trata de un nuevo Israel, porque este es, digamos, un "nuevo" Mesías? ¿Es eso del todo correcto? Es el único Mesías, es el antiguo Mesías; y aquí esta carta está diciendo que todas las esperanzas, expectativas y concepciones del viejo Israel, de su Mesías venidero –todo lo que siempre había asociado con el nombre de su futuro Mesías, es tomado en Cristo, es comprendido en Cristo. Él comprende y lo cumple y va más allá de su concepción, y, como veremos, más allá de su aceptación.

Bueno, es un nuevo Israel, no aquel Israel limitado, con mentalidad y concepciones estrechas y exclusivas, e incluso en las expectativas. Es mucho, mucho mayor y mucho más grande que todo lo que el antiguo Israel siempre esperó, buscó, oró, en esa expectativa. De hecho es mucho más grande por cierto, y volveremos a eso en un minuto. Es un nuevo Israel comenzando con el [y debo usar la palabra, aunque no está bien] "nuevo" Mesías, el Cristo, el Ungido.

Ahora bien, esto, como hemos dicho, es un nueva obra de Dios. Un nuevo hecho de Dios es el Mesías, el Cristo, y una nueva obra de Dios es el nuevo Israel; y hay dos factores o aspectos dominantes en este nuevo Israel como la obra de Dios. Hay dos aspectos. Uno de ellos es la resurrección de Cristo, el acto de Dios, acto único de Dios, la Resurrección es específica de Dios, obra peculiar de la historia. Es el acto de Dios. ¡Dios lo resucitó! ¡Dios lo resucitó! Esta no es la reanimación; esta es la resurrección y, por supuesto, Dios se encargó de que no hubiese duda alguna de que Cristo murió, que estaba muerto. Por lo que se refiere a Él, como hombre, estaba muerto y enterrado. Y si alguien permanece en la tumba por tres días y tres noches, llegarás muy bien a la conclusión de que esa persona está muerta. ¡Muy bien! No es reanimación, no es respiración boca a boca, no. Nada de eso. Él estaba muerto. Él murió, y ahora sólo Dios... solamente Dios y la intervención de Dios puede hacer alguna cosa. Él es la obra de Dios, en Su resurrección.

Pero entonces, el otro aspecto de este acto de Dios es Pentecostés. Pentecostés fue una acción de Dios. ¡Dios lo hizo! Es la intervención de Dios a través de la Tercera Persona de la Trinidad, la intervención de Dios en la historia, para traer de la muerte esta nueva raza. Me gustaría que toda persona que esté realmente interesada en esta palabra "Pentecostés", pueda reconocer lo que realmente fue Pentecostés. A menudo limitan Pentecostés a esto y aquello y algo más. El Señor nos salve de esta concepción restringida. Pentecostés es el acto de Dios que proporciona el nacimiento de una nueva, totalmente nueva, humanidad. Es Dios produciendo un nuevo tipo de humanidad, única, diferente. ¡Es obra de Dios! Resurrección y Pentecostés son una sola cosa como obra de Dios, en primer lugar en el Hijo único, y luego en los hijos que vinieron después. Eso es todo muy sencillo, lo sé, pero estoy trabajando en dirección a mi objetivo.

La Luz en Crecimiento Aumenta la Comprensión de esta Nueva Dispensación

Ahora bien, tú regresas a tu Nuevo Testamento, y especialmente para comenzar con el libro de los Hechos, y ¿qué tienes en el libro de los Hechos? El gradual amanecer sobre los apóstoles (sí, sobre los apóstoles) y luego sobre los que creyeron en lo que había sucedido, de cuál era el significado de Cristo. Es el amanecer, son los aparentemente débiles rayos de luz de un nuevo día que acaba de surgir en el horizonte y proyectándose a través del cielo, y en sus conciencias hay algo que está sucediendo.

Observa que en el comienzo, todavía ellos siguen subiendo al templo, seguían las ordenanzas del templo, el ritual del templo, el tiempo de oración en el templo. Ellos todavía están subiendo a ese lugar, pero algo está pasando, algo que se va extendiendo por su cielo, y que se difumina, y todo aquello comienza a desaparecer gradualmente. Se desvanece. Ellos comienzan a perder aquel vínculo. Comienzan a perder aquella mentalidad. Se están reuniendo en los hogares, se reúnen donde pueden; no se reúnen en el templo por más tiempo. No, no es algo que aconteció de repente, que sucedió para que ellos pudiesen hacer una ruptura repentina. Yo digo que es la aurora del significado de un nuevo día.

Es tan real, tan claro; ellos no colocan esto en cualquier sistema de enseñanza, y dicen: "Tú debes salir de esa denominación.

Tú debes salir de ese sistema. Tú debes abandonar ese orden de cosas". No, esto simplemente acontece. Algo está sucediendo, y ellos lo están averiguando por sí mismos. Y tenga en cuenta esto que voy a decir: En primer lugar, no es una separación física, no. Primero que todo, es una separación interior y espiritual. Lo pondré de esta manera, ellos lo averiguan por sí mismos antes de haber salido. Ellos descubren que ya no pertenecen a aquello. Nadie les ha dicho nunca que deben abandonar su denominación, su iglesia, su misión, su organización, no. Algo había ocurrido en su interior.

Como tú sabes, en la vieja creación, Dios comenzó desde el exterior; en la nueva, siempre lo hace desde el interior, y en esta dispensación espiritual tú te encuentras en algún lugar, donde quizás nunca pretendieses estar. Pedro nunca tuvo la intención de estar en la casa de Cornelio: Él discutió y argumentó con el Señor sobre la casa de Cornelio, "No, Señor, no es así". Muy bien, Pedro, ¿qué te ha pasado a ti? ¿No sabes lo que te ha sucedido a ti? Tú lo vas a saber, y Pedro se entera. Él escribirá más tarde acerca de la casa espiritual de Dios. ¿Tú ves lo que te quiero decir? Algo se ha manifestado, algo irrumpió. Es un nuevo día, y y ha llegado la aurora, y la luz está creciendo, creciendo. Ese es el primer movimiento.

Queridos amigos, apéguense a esto. Esto es una cosa orgánica. Se trata de un movimiento de vida interior. No es nada legalista: "Os es necesario" o "Vosotros no debéis". –"Tú debes salir de esto y dejar esto otro para que puedas entrar a la plenitud de Dios". No es eso en absoluto. Te digo que debes permanecer donde estás hasta que no puedas por tu propia vida, por tu propio caminar con Dios, por tu propio conocimiento del Espíritu Santo en tu interior. Espera, espera. La "salidera" es una cosa peligrosa. Esa no era la manera primitiva. Fue desde el interior. Es el camino del Espíritu Santo, la iniciativa de Dios, el acto de Dios, el amanecer de una nueva conciencia de que "algo me está sucediendo a mí, porque está ocurriendo dentro de mí". Yo sé lo que eso significa. Yo he tenido crisis como esa. He tenido crisis como esa cuando supe que algo había acontecido para crear una división, y "Ahora, Señor, ¿qué voy a hacer? Si tomas una iniciativa, mira lo que va a suceder".

Y así me quedé y sobre un falso pretexto continué. Al cabo de algunos meses, me encontré que ya yo no estaba ahí. "No, no es aquí donde estoy encontrando al Señor. Aquí no es donde está la vida", y he vuelto al Señor y le he dicho: "Señor, ¿qué debo hacer?" Él respondió: "Hace muchos meses, te saqué en espíritu. Ahora tal vez tú tendrás que salir físicamente. "Oh, no vayas a dar una enseñanza sobre esto. No te agarres de esto para cristalizar una doctrina. Es un movimiento espiritual, porque esta es una dispensación espiritual.

Esto comenzó, como ya lo he dicho, al comienzo del libro de los Hechos, y antes de que recorras este libro, ¿qué vas a encontrar? Encontrarás que la luz ha ido creciendo y creciendo; y ¿encontrarás en las cartas que por este libro se alcanzó la creciente revelación de qué? La revelación creciente de lo que ha sucedido, del significado de la resurrección de Cristo y de lo que realmente significa el advenimiento del Espíritu Santo. Es una revelación de crecimiento no de algo nuevo, como una cosa, sino de lo que era al principio, en la raíz de las cosas.

De modo que Dios se está moviendo (por así decirlo) hacia atrás, a fin de avanzar hacia adelante, y tú tienes esta revelación que crece en estas dos palabras, "No, sino”. Esto es algo interior: "No, sino". El Día está avanzando. Esto llegará a su consumación gloriosa cuando lo que aconteció al principio se encuentre en la consumación de la “Nueva Jerusalén, descendiendo desde arriba" –la suma de algo nuevo que sucedió con la venida del Señor Jesús. Y estaremos regresando a esto más tarde en Hebreos. Sin embargo, tú estás marcando el camino, la luz creciente, transformando la mentalidad.

Oh, yo tengo todo el Nuevo Testamento en mente mientras estoy hablando. La luz creciente aumentando la comprensión del significado de esta nueva dispensación; la luz creciendo en el interior. Usted tendrá muchas, muchas declaraciones exactas, en la creciente luz, la que ha crecido desde el día en que Pablo tuvo a Cristo revelado en él. Pablo no lo tuvo todo a la vez. Como él dice, es "la luz creciente". La luz ha venido creciendo todo el tiempo, y él te dirá en la actualidad: "La Jerusalén actual... está en esclavitud... Echa fuera a la esclava".

No es esta Jerusalén, “sino la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros". ¿Ves tú el lenguaje y lo que significa? ¿Recuerdas acerca de lo que trata la Carta a los Gálatas? ¿No es a lo largo de esta línea de contraste entre el "no" y el "sino"? "Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación" (Gálatas 6:15). ¿Y no es impresionante que exactamente al final de ese carta, en Gálatas 6:16, Pablo use esta frase significativa: "al Israel de Dios", todo el Israel de Dios, el nuevo Israel? Sí, y esto arroja luz sobre toda la carta. Como lo puedes ver, un Israel se ha ido, el antiguo Israel se ha ido. Ese es el argumento de la carta, y es por eso que Pablo se metió en tantos problemas. Por ese motivo, esta carta es como un campo de batalla. Este Israel ya no es más, sino que ahora hay otro con sede en la Jerusalén de arriba, con su lugar de nacimiento arriba, un nuevo Israel por completo. Queridos amigos, este es un punto muy vital en nuestra consideración, o en lo que el Señor está tratando de decirnos; debemos reconocer las nuevas dimensiones de Dios en eso que ahora ha entrado en el lado "sino".

¿Cuál fue la tragedia del antiguo Israel? Por supuesto, la tragedia del antiguo Israel, finalmente, es su rechazo. Su dimisión: "El reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él" (Mt. 21:43). ¡Eso ocurrió! Y permanece así en la actualidad. El reino de los cielos fue quitado, ¡no para ese Israel, sino para otro! La tragedia de Israel es que son destituidos de la dispensación, o del movimiento dispensacional de Dios. Esto ha permanecido así por dos mil años. Cuántos años más, no lo sabemos, probablemente no por mucho tiempo; pero dejemos eso sin tocar.

Aquí voy a transtornar a muchos de ustedes: dejen a Israel por algún tiempo. Tú entrarás en terrible confusión si desciendes a esta tierra sólo con un toque terrenal sobre estas cosas.

Algunos de nosotros hemos vivido a través de cosas, –recordamos al Káiser (me perdonan, esto no es un ataque a ninguna nación o pueblo), pero lo recuerdo ir a Jerusalén, y teniendo una nueva puerta rota en el muro de Jerusalén, de modo que él nunca pasó a través de cualquiera de las antiguas puertas de la ciudad. No, pero debido a que él pensaba que era, una nueva puerta tuvo que ser abierta en el muro para él. Y algunas personas encajaron esto en la profecía, y dijeron: "Por lo tanto, ¿el Káiser es... el Cristo?" Muy bien, ¿no?

Y cuando el general Allenby entró a Jerusalén y puso fin al gobierno turco, la escuela profética se apoyó en eso, trajo eso al ámbito terrenal, y dijo: "El fin del tiempo de los gentiles ha llegado". ¿Cuánto tiempo hace de eso? ¿Fue eso el final? Y luego hubo un querido hombre de Dios que quedó atrapado en este tipo de cosas y se fue de Bélgica a Roma para ver a Mussolini a fin de decirle: "Tú eres el último César para reconstituir el Imperio Romano". Basado en eso, Mussolini mandó a hacer una gran estatua de sí mismo como el último César, y puso un gran mapa en relieve del Imperio Romano revivido con diez reinos detrás de su estatua. ¿El último César del Imperio Romano revivido? ¿Hace falta decir algo más? Como lo puedes ver, si tú obras de esta manera, eso te induce a la confusión si te bajas a lo meramente terrenal. Debemos dejar eso como está y ver lo que Dios está haciendo, y ver que Dios está haciendo una cosa espiritual, no algo temporal.

Yo podría tomar una hora para ampliar acerca de esa última frase, "no es una cosa temporal". ¿Ves tú, en las actividades soberanas de Dios, que Él está ahora confundiendo y desorientando y rompiendo todas las representaciones temporales de su reino celestial? Los hombres están tratando de establecer iglesias locales basándose en el orden del Nuevo Testamento.

Tú nunca antes habías visto más confusión en tales iglesias locales2 de lo que se experimenta en la actualidad. Ellos están tratando de establecer cosas, constituir cosas, movimientos cristianos, instituciones cristianas, organizaciones cristianas, y todos están en confusión y no saben qué hacer unos con los otros. Tú puedes pensar que esto es una exageración, pero ¿tú ves lo que quiero decir? –Dios está derribando cada representación temporal, a fin de tener una expresión espiritual de Cristo. Ese es el corazón de lo que estamos diciendo, y eso es lo que está aquí.

Ahora yo estaba diciendo, tenemos que reconocer las dimensiones espirituales de aquello que llegó con Cristo y esto en lo cual hemos llegado. Las dimensiones espirituales se desvían de la tragedia de Israel, porque la tragedia de Israel es la de ser apartados de esta dispensación. Pero ¿por qué? ¿Alguna vez te has preguntado por qué Israel ha sido puesto aparte? La respuesta está en una sola palabra – exclusivismo.

"Nosotros somos el pueblo. La verdad comienza y termina con nosotros. Ustedes nunca serán capaces de llegar a ninguna parte con Dios si no están circuncidados. Salvo que sean circuncidados, no podrán ser salvos. Las naciones son perros, son lodo. [Pobre Jonás, pobre Jonás, fue atrapado en esto].

Nosotros somos la nación. Nosotros somos el principio y el fin de la Palabra de Dios. Tú tienes que venirte para nuestra tierra, estar en nuestra tierra, o estás por fuera". Queridos amigos, ustedes nunca estarán en la tierra de Dios si no se apartan de eso.

Esto es exclusivismo. Dios nunca quiere decir que cuando tomó a Israel de las naciones, les hizo un pueblo distinto, constituyéndolo como su propio pueblo peculiar. Él nunca pensó eso. Él solamente quiso plantarlos en las naciones para mostrar que Él es el único Dios, qué gran Dios es Él; y esto asustó y sorprendió a Jonás que Dios pudiese alguna vez pensar con misericordia con relación a alguien distinto de Israel, que Dios pudiese pensar en Nínive con misericordia.

Y así tú te encuentras con este exclusivismo a través de todo el camino; y ese es el problema en el Nuevo Testamento con relación al Señor Jesús: es el exclusivismo del judaísmo, que es el campo de batalla. La batalla en la vida del apóstol Pablo fue esta. Él estaba dando golpes con el martillo en esta pared de ladrillo del exclusivismo judío, y todos sus sufrimientos eran por causa de eso.

Este nuevo Israel es mucho mayor que el anterior, porque Cristo, este Mesías, es mucho mayor que la concepción de ellos de un Mesías. Tenemos que reconocer las inmensas dimensiones del nuevo Israel, y resistir al exclusivismo en lo que se refiere a Cristo, como habríamos de resistir una plaga. No estoy hablando de las verdades fundamentales y la personalidad de Cristo; estoy hablando de la grandeza de Aquel que es presentado en Hebreos: "Dios, ... en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo..." ¿una parte exclusiva? –No, "de todas las cosas". Esa es una gran palabra de Pablo a través de todo el camino: "todas las cosas, ... todas las cosas, ... todas las cosas", “y en el final, para resumir todas las cosas en Cristo". Y si tengo que salvaguardar, no estoy hablando de universalismo. Estoy hablando del reino definitivo de Dios y la esfera donde será nada más que Cristo.

El resto quedará totalmente por fuera del todo, cualquiera que sea el significado de esto, estará por fuera y no adentro.

"Estarán fuera...", esta es la última palabra del Apocalipsis: "Mas los perros estarán fuera (y así sucesivamente), y todo aquel que ama y hace mentira". Todo lo que es falso, esto quedará por fuera.

El Significado de la Filiación: Cristo es Superior

Ahora, ¿cuál es el concepto que rige aquí, en esta carta, desde el principio? Es que Dios ha hablado al final de estos tiempos "en el Hijo". No hay ningún artículo –"en el Hijo". ¿Cuál es el significado del Hijo o filiación? –Siempre significa plenitud.

¡Plenitud siempre! La plenitud del Padre está en el Hijo, concebido divinamente. El Hijo es la plenitud del Padre; el Primogénito es la plenitud, y asume todo lo que es y está en el Padre. ¡Plenitud! Entonces, como hemos dicho, la filiación es la finalidad, la finalidad, y luego en cuanto a esta carta, como a toda la revelación de la filiación como aquí es revelado, y particularmente en los primeros capítulos, es superioridad.

Usando esta palabra en su sentido correcto, es superioridad.

¿Has percibido la superioridad de este Hijo, "constituido heredero de todas las cosas"? ¿También percibes tú aquí el catálogo de las cosas? Superior a Moisés. Superior a Josué. Si Josué les hubiese dado descanso, no habría otro descanso; él no lo hizo, por lo tanto, él nunca alcanzó la finalidad. Esta persona, este Hijo, es superior a Moisés, y es superior a Josué.

Superior a los ángeles. ¿A los ángeles? Sí, superior a los ángeles, y piensa sobre los ministerios angélicos a través de la Biblia, sus ministerios, visitas, liberaciones, actividades. Un ángel en una noche, por un soplo de su aliento arrasó completamente un poderoso ejército que tenía sitiada a Jerusalén, apenas un ángel. Piensa en todo lo que era mediado por los ángeles. Esta carta está discutiendo acerca de los ángeles que sirvieron en el antiguo pacto. Sí, este Hijo es superior a los ángeles.

Superior a Aarón y todo su sistema y economía de sacerdocio.

Todo aquel sistema está bajo el "no". El tabernáculo que existió. Esta carta dice que hubo un tabernáculo. Tiempo pasado. Hubo un tabernáculo y había un Santo de los Santos, y había un lugar santo. Cristo es superior a todo eso, y lo que es un lugar que lo tenía.

Superior a la antigua alianza, y la presente carta trata de la antigua Alianza y los "días venideros", citando a Jeremías 31:31: "... vienen días, dice el Señor, en los cuales haré nuevo pacto". Esta carta tiene mucho que decir sobre el nuevo pacto.

Superior a todos los sacrificios, millones y millones de sacrificios a través de generaciones, y el río y el océano de sangre de aquellos sacrificios inconmensurables, que abarca siglos. ¡Cuán grande! Solamente un sacrificio, sólo un derramamiento de sangre, superior a todo lo demás, superior a los cientos de años de sacrificios y derramamiento de sangre, y este único sacrificio y derramamiento de sangre, es superior a la totalidad de todo lo demás.

NO – SINO. Esto es a lo que hemos llegado, y esta es la sustancia de la Carta a los Hebreos. ¡Qué grande es, pues, la filiación en Cristo! Mucho más amplia que cualquier otra expresión tradicional o histórica, representación, sistema, orden, metodología. ¡A esto es lo que hemos alcanzado en Cristo!

La Búsqueda del Derecho de Permanecer con Dios

Ahora tengo que cerrar en algún lugar, pero primero permítanme que les pregunte: ¿Cuál es el asunto más importante de todo esto? ¿Podemos traer todo lo que hemos dicho, y todo cuanto se pueda decir, sintetizándolo en algo que esté incluido y comprendido en sólo un único asunto? Podemos, y aunque yo no sé acerca de ti (puede que tengas las mismas dudas que yo tengo sobre algunas traducciones, nuevas traducciones del Nuevo Testamento), pero le agradezco a Dios por esta versión amplificada. Lo hago, porque en este punto específico me ha ayudado.

Como tú lo ves, yo he estudiado teología. He estudiado la doctrina cristiana. Conozco las doctrinas de la gracia. Conozco la Carta a los Romanos. Pienso que la conozco; en cualquier caso, estoy bastante bien informado de lo que hay, y de lo que los teólogos y los doctrinarios han dicho sobre eso. Y cuando tú mencionas la Carta a los Romanos, por supuesto, Lutero y todo el resto saltan a la vista con su frase "justificados por la fe" - "la justicia... por la fe". Oh, yo os digo, amigos, la teología me convierte en una persona fría. Esto puede no acontecer con ustedes. Puede significar más para ti, pero a mí como alguien que ha tenido que lidiar con todo esto de la teología y la doctrina y el sistema de la cristiandad en sus doctrinas, y así sucesivamente, es terriblemente aburrida. La teología es una cosa muy aburrida, ya sabes (una cosa mortífera, pienso yo), pero aquí esta versión amplificada ha venido a mi rescate.

Cuando escuché y leí la palabra "justicia", ¿qué significa eso? Bueno, en el Antiguo Testamento, el símbolo de la justicia es el bronce. ¿Bronce? ¡Oh, qué duro es el bronce, qué frío es el bronce, no estoy interesado en "bronce". ¿Estás tú siguiendo a lo que me refiero? Y eso es lo que esta palabra vino a significar para mí, incluso en el Nuevo Testamento. ¡Oh, una enseñanza gloriosa, pero yo no estoy hablando de la enseñanza, estoy hablando de la fraseología, la terminología. ¿Qué es lo que está representado allí? Ahora aquí mi versión amplificada me ha rescatado. ¡Oh, estoy disfrutando de la luz del sol de esto; ahora todos los días me regocijo en esto. ¿Qué dice esta versión? Siempre que la palabra “justicia" o "justificados" aparece en esta versión del "Nuevo Testamento amplificado” tú tienes: "Permaneciendo en pie con Dios" – "Derecho de permanecer con Dios". Despide tu teología. Eso es todo.

La real permanencia con Dios ha sido la búsqueda de la humanidad desde el principio. No importa a dónde vayas tú en el más oscuro paganismo, entre los más ignorantes, en los ámbitos menos iluminados de la humanidad, derecho a través de todos los estratos, una cosa, puede el hombre colocarlo en palabras o no, si está en su fraseología o vocabulario, la única cosa más profunda de cada ser humano es estar en pie delante de Dios. Todos estos ritos paganos, sacrificios, rituales, después de todo, están tratando de encontrar un lugar de verdadera permanencia con el, bueno, ellos dicen "Dios", a pesar de que no tienen ningún concepto correcto de quién es Dios o qué es Dios. Dijo Pablo: "AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio".

Recuerdo que muy al comienzo de mi vida cristiana abordé un libro monumental, del profesor Edward Caird, “Historia de la Religión y los Filósofos Griegos" [No haga lo mismo, yo casi "tiro la toalla"]. Pero en esta magna obra, Caird concentró todo en una declaración: "No hay un ser humano sobre esta tierra, de cualquier raza que sea, que no tenga conciencia de estar en una posición con relación a algún objeto supremo de adoración, a quien él llama Dios". ¿Es cierto esto? Por supuesto que lo es.

Toda persona tiene conciencia de estar en relación con un objeto supremo de reverencia, y a ese objeto le llama “dios". Él no sabe nada acerca de ese objeto, pero él lo llama dios.

Entonces, aquí estamos ahora, la búsqueda de la humanidad a través de la historia, tenga o no el hombre una mayor o menor iluminación o comprensión, tenga el hombre poca, ninguna o mucha iluminación y comprensión, la búsqueda interior es tener una buena relación con ese objeto llamado Dios, de estar con el derecho de permanecer con Dios.

Ahora debemos comenzar todo nuevamente, al principio de Hebreos. Aquí está Aquel, el Hijo, y la mayor cosa respecto del Hijo, lo glorioso es que Él tiene el derecho de permanecer con Dios. Todo en el pasado fue una tentativa de conseguir ese derecho de permanecer con Dios, pero nunca fue posible; eso fracasó. Pero aquí está el Hijo, el primero de todos, el Amado del Padre. “Mi Hijo amado”. Mis queridos, ¿podríamos tener términos que expresaran más gloriosamente el derecho de permanecer con Dios? Piensa en esto. Y entonces la carta prodigue diciendo: “trayendo muchos hijos a la gloria”; y todo el resto de la carta es el camino del derecho de permanecer con Dios en el Hijo.

¡Qué gloriosa carta! ¡Cuán grande, completa e maravillosa es esta carta! Y esto es apenas su comienzo. Estaremos obteniendo más de ella más adelante, si el Señor lo permite, pero pienso que tú has recibido lo suficiente por ahora. Que el Señor nos ayude. Oremos: Oh, Señor, envíanos Tu Espíritu ahora sobre cada persona aquí, para que Él toque nuestros ojos, y nos haga ver. Oh, Señor, que el resultado de esta hora en Tu Palabra sea, pueda ser, que estas personas puedan ser capacitadas para decir, no mentalmente, sino en el corazón: “Vi al Señor de una manera nueva y maravillosa; yo vi al Hijo de Dios; vi lo que Dios está haciendo”, y que nosotros seamos capaces, Señor, de comprender ahora quiénes somos nosotros –el nuevo y último Israel de Dios. Enséñanos más sobre lo que esto significa, y coloca Tu sello sobre esta hora.

Ahora, Señor, habrá un pequeño intervalo, e inmediatamente cuando esta reunión fuere cerrada ahora, estas personas saldrán e irán a conversar sobre todas estas cosas. Sálvanos, Señor: todo este valor puede desaparecer en cinco minutos si no fuéremos vigilantes en colocar un sello en nuestros labios, guardando la puerta de nuestro corazón. Señor, ayúdanos, pues no estamos aquí sólo para reunirnos y para oír mensajes; estamos aquí en busca de crisis de vida. Envíalas, Señor, por Tu nombre. Amén.

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