8 MARZO
“Ustedes estudian diligentemente las Escrituras, porque creen que en ellas tienen la vida eterna.” (Juan 5:39 NVI)
El ministerio es la expresión de la Vida, y no la exaltación de algo parecido ni de un título. Una vez pensé que estar en el ministerio era entrar en un cierto tipo de trabajo, salir de los negocios, y bien, ¡ser un ministro! Así se conseguía la cosa. Así muchos, muchos son laboriosos y esforzados, partiéndose el corazón, temiendo salir de ese orden de cosas, no sea que se viole lo que ellos conciben como el llamado Divino. Muchos otros no pueden salir, porque es su medio de vida, y también están partiéndose el corazón. Todo esto es falso. El ministerio no es un sistema así.
El ministerio es la expresión de la Vida, y es, dicho en otras palabras, la manifestación externa de la morada de Cristo. Es un desastre estar delante de un hombre o de una mujer que ministran por cualquier otro motivo que este. Cuando el Señor tiene una oportunidad en nosotros, y realmente vamos a confiar en Él en ese terreno, y tomamos nuestra posición ahí, Él nos mostrará que este es el ministerio suficiente para nosotros; no tenemos que ir por todo lado buscándolo. El trabajo real, a menudo, es bajarnos a la tierra, entregándonos a este presente siglo malo, incluso en su concepción del ministerio, para el ministerio celestial. El Señor Jesús es nuestro modelo. Usted ve el ministerio espontáneo, el ministerio de descanso del Hombre Celestial. ¡Yo anhelo eso! Esto no significa que vamos a ser descuidados, pero nos librará de tanta tensión innecesaria. Así es como debe ser. ¡Que el Señor nos lleve al Hombre Celestial, con la Vida Celestial como el Recurso pleno Celestial!
Por T. Austin-Sparks. Título original:
All Things in Christ – Capítulo 7