27 MARZO
“Si vivimos por el Espíritu, caminemos también por el Espíritu.” (Gálatas 5:25)
Lo que se llama cristianismo es esencialmente algo espiritual, y no es ni un orden ni un sistema terrenal; y cada fragmento del cristianismo debe ingresar en una manera espiritual por medio de la Vida y de la revelación. Hay una total diferencia entre la imitación y la Vida. ¡Oh, que haya una diferencia entre ver una cosa en una manera objetiva y llegar a ella por la Vida! Es ahí donde la maravilla, la gloria, la vitalidad, la energía y el poder de las cosas se encuentran.
Usted tal vez ha hablado por años sobre las cosas en la Palabra de Dios, como la Palabra de Dios, y las creyó y las anunció como la verdad; y después de hacer eso durante años, de repente vio lo que ellas significaban y todo se le presentó de otra manera. Todo lo que habló, predicó y creyó antes, era del todo cierto, era correcto en cuanto a doctrina, pero ¿qué efecto tuvo en usted? Ahora que todo esto se ha roto y transformado así, ha traído verdadero gozo, placer, vida y éxtasis. En otras palabras, está entrando en las cosas por el Espíritu y está viendo.
Si llegamos a ser espirituales en ese sentido, si el Espíritu Santo está al mando de la realidad en nuestra vida, y estamos caminando por el Espíritu, ¡estamos obligados inevitablemente a entrar en todos los pensamientos de Dios! El Señor quiere un pueblo que entre por completo en Su pensamiento. Eso solo es posible cuando ellos dejen de ser gobernados por un orden exterior de cosas, y aprendan a moverse con Dios en el Espíritu Santo.
Por T. Austin-Sparks. Título original:
Life in the Spirit - Capítulo 6