Extractos des mensajes de T. Austin-Sparks
"Lo mejor que yo puedo esperar es que esto abra una ventana,
y que según usted mire a través de ella vea una sola cosa:¡Cuán superior es Jesucristo de todo lo demás!"
- T. Austin-Sparks
2 JUNIO
“...no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios.” (2 Timoteo 1:8)
Eso que representa el testimonio en su más completa y cercana aproximación al propósito último de Dios, tiene que ser despojado de mucho de lo que ha sido bueno, necesario y de la forma preliminar de Dios, y ser encerrado en lo final. El cautiverio no es una verdad concebida o la aceptación de una doctrina impuesta, es forjado en las mismas fibras del ser, mediante la seguida experiencia de la revelación y que la revelación interprete la experiencia. No es la defensa de una interpretación, es la Vida misma de los instrumentos y el instrumento es Eso en sus propios seres. No es un asunto de querer ser o no querer ser, porque no se puede ser otra cosa más que un prisionero, la soberanía de Dios lo ha hecho.
Esto aplica tanto a Pablo como a los que estaban en contacto con él. Para el apóstol colocarse en la orden soberana de Dios en su encarcelamiento, emitía una iluminación cada vez mayor que lo conducía hacia la emancipación espiritual. Nadie puede fallar en reconocer el tremendo enriquecimiento del ministerio, tal como figura en las llamadas “cartas de la prisión”. Si él hubiera estado intranquilo, resentido, rebelde o amargado, no se habría abierto el cielo, y un espíritu de controversia con el Señor habría cerrado y trancado la puerta a revelaciones divinas más completas y claras. Cuando todo fue aceptado de acuerdo a la mente del Señor, “los lugares celestiales” se convirtieron es la expansión eterna de su caminar, y la esclavitud terrenal le dio lugar a la libertad celestial. Así debe ser con cada instrumento separado, en relación con los intereses más elevados del testimonio del Señor.
Preservando los deseos de T. Austin-Sparks con respecto a que se debe entregar libremente lo que libremente se ha recibido y se reproduzca palabra por palabra, si eliges compartir los escritos con otros, te pedimos que, por favor, los ofrezcas libremente: sin costo, sin pedir nada a cambio, enteramente libres de cualquier cambios, y siempre con esta declaración incluida.