Ventanas Abiertas

29 DICIEMBRE

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“Cristo es el todo, y en todos.” (Colosenses 3:11)

Me pregunto, querido hermano, qué es lo que usted desea y ¿por qué, ora más que nada? De mi parte, mi deseo, mi oración es más que por algo, oro por una dependencia fresca y poderosa al Señor Jesús, por un depender de Cristo. Es muy cierto, y lo sabemos, que Él es nuestra Vida, que Él es nuestro Salvador, que Él es mucho para nosotros, y estamos en lo correcto cuando decimos que no podríamos vivir sin Él. Sin embargo, ¿no hay algo de margen entre eso y lo que yo llamo una absoluta dependencia de Cristo? Que Él es una pasión en nuestras vidas, que Él es un poder dominante en nuestras vidas. El lenguaje falla…que Él nos ha cautivado, completamente capturado, que no sólo es nuestra Vida en el sentido de que no podríamos pasar sin Él, sino que es la pasión por vivir. Este hombre que escribió estas palabras, sólo para mirarlo de esta manera, de algún modo había visto a Cristo al principio, y a lo largo de sus años había visto más y más de Él. Hasta en prisión, con todos esos terribles sufrimientos, aflicciones, adversidades, penas y decepciones que habían venido sobre él, todo ese catálogo de adversidades hasta el final, Cristo es más que todo. Cristo en apogeo será “Cristo en todo y en todos”. Digo que el idioma falla, no puedo poner en palabra lo que quiero decir, pero por el positivismo de esta pasión de Cristo…

A tal visión, asir, comprensión y señorío, por la grandeza de Aquel, por la gracia de Dios, hemos sido unidos, hemos sido llamados a la comunión de Su Hijo Jesucristo. Sea esto más que una asir mental de Cristo, que sepamos que Él es grande, que creamos que Él es grande, que hemos experimentado algo de Su grandeza. Quieran nuestros corazones, incluso más que nuestras mentes, ser señoreadas por este Hombre Jesucristo y seamos Sus esclavos en culto y adoración. ¡Él es muy grande!

Por T. Austin-Sparks. Título original: God’s Supreme Interest in Man – Capítulo 4