Extractos des mensajes de T. Austin-Sparks
"Lo mejor que yo puedo esperar es que esto abra una ventana,
y que según usted mire a través de ella vea una sola cosa:¡Cuán superior es Jesucristo de todo lo demás!"
- T. Austin-Sparks
31 DICIEMBRE
“Les digo la verdad, todos ustedes verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre, quien es la escalera entre el cielo y la tierra.” (Juan 1:51 NTV)
Cristo resucitado significa un cielo abierto. El Espíritu de la unción viene sobre nosotros porque el crucificado ha resucitado. Él viene a nosotros desde un cielo abierto, el cual el Hijo de Dios ha abierto para nosotros…El Señor Jesús dijo: “Cuando Él, el Espíritu…venga, los guiará a toda la verdad”. Juan confirma esto al decir: “La unción que hemos recibido…nos enseña con respecto a todas las cosas”. Esto es representado por los ángeles ascendiendo y descendiendo. El Espíritu Santo se comunica con nosotros, pero Cristo es la escalera que va de la tierra al cielo. ¿Dónde está la escalera? No en el mundo, está instalada en nuestros corazones. Es Cristo en nuestros corazones. Hay un camino abierto desde el cielo en nuestros corazones, y Cristo mismo nos conduce a la presencia misma de Dios. El Espíritu Santo se mueve en relación a Cristo para llevarnos a la comunión con Cristo, tal como Cristo está en comunión con Su Padre.
La total suficiencia de Cristo está asegurada para nosotros sobre esta base: Estamos en los cielos porque Cristo está en nosotros. Unidos a Su persona las limitaciones se van. Hay una comunión directa e inmediata con Dios y el Espíritu Santo puede revelarnos las cosas celestiales. Así entendemos qué significa recibir todo directamente de Dios en Cristo. Cristo en nosotros significa un conocimiento interno de Dios, una relación en el corazón con Él. Es la vida de Dios en el interior, el poder de Dios en el interior. Pero esto es un misterio, el cual el mundo no conoce ni puede conocer. No puede entender que nuestro Señor Jesús estuvo dispuesto a aceptar exactamente la misma base de vida, con todas sus limitaciones, en la que nosotros vivimos, aunque sin pecado. Aún así, en comunión con Su Padre, continuamente se abrió paso a través de esas limitaciones y las venció al sacar toda Su provisión, toda la plenitud de Su Padre. La suficiencia de Él estaba en Su Padre.
Por lo tanto, nosotros somos llamados a vivir, mediante el Espíritu, una vida de triunfo sobre todas nuestras debilidades, una vida donde Cristo lo es todo y donde Su victoria es nuestra victoria. La obra de la cruz está consumada. El velo está rasgado. El camino está abierto. Por lo tanto, Cristo resucitado en el cielo significa para nosotros un cielo abierto, donde todo es posible para nosotros en Cristo para que podamos glorificarlo.
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